El mercurio y su cadena de contaminación

El mercurio es un metal de alto riesgo usado en productos de uso cotidiano. Su ingestión o la exposición laboral pueden causar daños a la salud y el medio ambiente. La ONU busca un acuerdo mundial para reducir su uso.

Mina de oro ilegal en Madre de Díos, Perú.
Mina de oro ilegal en Madre de Díos, Perú.Imagen: dapd

Millones de personas en el mundo llevan mercurio – literalmente – hasta en las muelas, más precisamente en sus calzas, empastes o tapaduras. Pero a través del consumo de alimentos contaminados, sobre todo de pescado, el mercurio puede llegar a almacenarse en la sangre, los tejidos y los huesos.

Además, la extrema exposición ocupacional al mercurio puede incluso causar la muerte. Wolfgang Straff, director del departamento de Medicina Ambiental del ministerio alemán del Medio Ambiente: “El mercurio es un metal muy venenoso. Siempre se debería evitar ingerirlo con los alimentos o inhalarlo, como en el caso de mineros en América Latina, Asia o África. Sus efectos en el organismo humano son, a menudo, daños neurológicos. En especial, los bebés en gestación corren un alto riesgo, ya que su sistema nervioso apenas se encuentra en desarrollo. Por eso madres embarazadas deben ser protegidas del contacto con mercurio.”

Debido a los graves efectos de salud causados por la exposición al mercurio en usos industriales y comerciales, la Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que el contacto ocupacional con el mercurio debe tratarse como un riesgo laboral. La Unión Europea quiere reemplazarlo por otras sustancias no contaminantes. Y aunque Bruselas prohibió en 2011 la exportación de mercurio, aún se sigue utilizando.

La UE prohibió el uso de bombillas convencionales para impulsar el uso masivo de bombillas que ahorran energía pero que contienen mercurio. ¿Una contradicción? No, dice el médico Straff…:“El uso de las bombillas de ahorro es un acto de valoración sobre qué es peor, si el consumo excesivo de energía con el uso de bombillas convencionales o el uso de bombillas de bajo consumo con mercurio que, por lo demás, es tan poco, que no representa un riesgo para los consumidores. Además de que no se dañan.”

Una bombilla de bajo consumo necesita, como máximo, 5 mg de mercurio para su funcionamiento. Y su rendimiento es 5 veces mayor que el de una bombilla clásica, luego necesita sólo una quinta parte de la energía que gasta una bombilla convencional. El ministerio germano del Medio Ambiente parte del cálculo que con el uso generalizado de bombillas de bajo consumo se ahorrarían 16 millones de kilovatios de energía hasta 2015. Una ventaja evidente para la protección del clima.

¿Pero lo es también para el entorno inmediato?

“Para el medio ambiente el mercurio en las bombillas se puede convertir en un problema si las bombillas fundidas no son recicladas profesionalmente. Se pueden contaminar suelos y aguas. Para evitarlo, en Alemania hay sistemas especiales de tratamiento. Importante es que el consumidor debe saber que las bombillas de bajo consumo no deben desecharse con la basura normal..” …advierte el ambientalista Wolgang Straff, desde Berlín.

La segunda gran fuente de intoxicación con mercurio es la ingestión de alimentos, sobre todo de ríos y de mar: “Justamente los peces depredadores más grandes, tienen altos contenidos de mercurio porque estando a la cabeza de la cadena alimenticia en los mares, se alimentan de miles o millones de peces también contaminados. Por esto el consumo de pescado no es recomendable para mujeres embarazadas”

Entre las especies que contienen mayores concentraciones de mercurio se cuentan el tiburón, el pez espada, la caballa, el atún blanco y el blanquillo. En quienes comen regularmente pescado o frutas de mar los médicos registran en la sangre considerables volúmenes de mercurio. Los efectos de este metal en el cerebro se manifiestan en irritabilidad, cambios de visión o audición y pérdida de la memoria.

El hombre contamina las aguas, las aguas contaminan los peces y éstos - que le sirven de alimento - resultan envenenando al hombre. Una cadena que ha puesto a rodar el mismo consumidor y que, al final se revierte en contra suya y de la naturaleza.

Después de la contaminación con mercurio proveniente de bombillas y del pescado, la tercera gran fuente de contaminación con mercurio es el aislamiento artesanal de oro. Justamente esta práctica, ilegal en muchos países, provoca severos daños ecológicos a suelos, ríos y mares y es de alto riesgo para los mineros:

 “En Sudamérica el lavado de oro tratado con mercurio contamina los ríos que llevan el agua de consumo de las poblaciones ribereñas que beben entonces estas aguas contaminadas”.…precisa Straff.

Las riberas de los ríos son pues, un punto decisivo en la cadena de contaminación. Es aquí en donde empieza - y debería también terminar - la contaminación de los mares con mercurio. No en vano, el Programa ambiental de Naciones Unidas busca que en 2013 entre en vigor un acuerdo global vinculante para reducir o acabar la contaminación con mercurio en la minería, el comercio y la quema de basuras, también en Europa.

Autor: José Ospina-Valencia

Editora: Emilia Rojas