Electroporación, técnica experimental contra el cáncer

En la Clínica Universitaria de Ratisbona y otros centros de salud alemanes se investiga si la aplicación de choques eléctricos directamente a células cancerígenas puede ayudar a eliminar definitivamente los carcinomas.

Imagen: Universitätsradiologie Regensburg

La radiología convencional se ciñe a la elaboración e interpretación de imágenes elaboradas con rayos X. Pero hoy el perfil de los médicos que la practican va ampliándose. Los especialistas no solamente observan radiografías sino también imágenes de ultrasonido u obtenidas a través de tomografía espiral multicorte (TEM).

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Además, algunos radiólogos ya realizan intervenciones quirúrgicas, aunque estas son mínimamente invasivas y no causan grandes heridas. Un ejemplo es una terapia oncológica que en fase experimental se aplica en Alemania.

Este procedimiento es poco espectacular. Los médicos insertan una aguja muy larga y sumamente fina en el cuerpo del paciente y siguen el trayecto a través de un monitor conectado en la mayoría de los casos a un tomógrafo computarizado. Dice al respecto el profesor Christian Stroszczynski, de la Clínica Universitaria de Ratisbona: “El radiólogo trabaja con sus manos y de una manera poco invasiva inserta los instrumentos en el cuerpo a fin de llevar a cabo la terapia”.

Procedimiento no térmico

Apenas llega la punta a un tumor, por ejemplo, en el hígado, es calentada hasta que las células cancerígenas mueren. Pero no se trata de un procedimiento esencialmente térmico, explica el especialista: “Se insertan varios electrodos en el carcinoma, cuyas células son sometidas a choques eléctricos. Al parecer, las células cancerígenas reaccionan de manera particular: se desintegran”.

Dichas células se distinguen por su alto contenido de agua y por ello tienen una reacción mucho más rápida ante los choques eléctricos que las células sanas. La terapia es conocida como Electroporación y en ella intervienen hasta seis agujas a manera de electrodos. Así se aplican choques de alta tensión a los tumores cancerígenos cuyas células, según se espera, podrán ser eliminadas de manera focalizada y relativamente inocua.

Fase experimental

Stroszczynski y su equipo aplican la terapia experimental en 35 pacientes con cáncer de hígado, órgano que es fácilmente accesible por medio de las agujas. “Los primeros resultados indican que el método es soportable, poco riesgoso, y además, exitoso", indica el médico de la Clínica Universitaria de Ratisbona.

Pero persiste la pregunta fundamental cuando se trata de terapias contra el cáncer: ¿se elimina definitivamente la presencia de células cancerígenas, o vuelven éstas pasado cierto tiempo? La respuesta definitiva aún se hará esperar, dice Stroszczynski: “Naturalmente, hay interrogantes en cuanto a los efectos a largo plazo. Nosotros somos optimistas. Pero tendremos que esperar varios años antes de poder comparar científicamente a esta con otras terapias”.

El científico señala además una desventaja del tratamiento con electroshocks, en comparación con otras terapias destinadas a combatir el cáncer. “Es necesario aplicar anestesia general, pues de otro modo, los choques eléctricos podrían producirse arritmias cardíacas”, afirma.

Además de Ratisbona, el nuevo tratamiento es sometido a experimentos en varios centros médicos de Alemania, sobre en pacientes con tumores hepáticos. De comprobarse útil contra el cáncer, la terapia de electroporación podría ser aplicada a otros órganos como la próstata o el páncreas.

Autor: Frank Grotelüschen / Enrique López

Editora: Claudia Herrera Pahl