100 aniversario de Hans Scholl: una vida contra el nazismo
20 de septiembre de 2018Hans Scholl escribió "LIBERTAD” con pintura negra a ambos lados de la entrada de la Universidad de Múnich. Sucedió en la noche del 3 de febrero de 1943. Durante tres horas, el estudiante de medicina y su compañero Alexander Schmorell caminaron por las calles oscuras de la ciudad. Ambos eran miembros del movimiento de resistencia Rosa Blanca, estudiantes unviersitarios que querían derrocar el régimen nazi.
Esa noche, planearon dar a conocer sus mensajes en los lugares que ellos consideraban idóneos en Múnich. Contaban para ello con una plantilla para sus lemas que rezaba: "Abajo con Hitler" y con una cruz gamada tachada. La Gestapo ya les estaba pisando entonces los talones. Casi tres semanas después, Hans Scholl murió ejecutado por los nazis.
Primero fascinación, luego rebelión
Hans Scholl tenía 14 años y vivía con su familia en Ulm cuando Adolf Hitler llegó al poder en Alemania, en 1933. Al principio, al igual que su hermana menor, Sophie, estaba fascinado con el nazismo. En contra de la voluntad de su padre, políticamente liberal, se alistó a las Juventudes Hitlerianas y soñó con una carrera como oficial en la Wehrmacht.
Pero la subordinación incondicional y la restricción de la libertad le desagradaron cada vez más, y los valores cristianos se volvieron más importantes para él. En 1939 y como estudiante de medicina en Múnich, conoció a personas críticas con el régimen. Durante las vacaciones universitarias, vivió muy de cerca, como asistente de médico, los horrores de la guerra. En ese periodo, maduró la decisión de alzar su voz contra el nazismo.
Rosa Blaca
En 1942, Hans Scholl se sumó a otros estudiantes de la Universidad de Múnich para luchar contra el nacionalsocialismo. Entonces fundó el grupo de resistencia Rosa Blanca con Alexander Schmorell. Más tarde, Christoph Probst, Willi Graf, la hermana de Hans, Sophie Scholl, y el profesor de filosofía Kurt Huber se unieron al grupo.
Secretamente imprimieron panfletos en los que denunciaron el asesinato de 300.000 judíos y llamaron a la resistencia. Ya es hora de "erradicar esta horda marrón", aparecía entre otras cosas, en las cartas que enviaban a ciertos académicos en Múnich y otras ciudades del sur de Alemania y Austria.
Su última frase
El 18 de febrero de 1943, los hermanos Scholl llegaron a la Universidad de Múnich con sus maletas y carteras. Tenían entonces casi 2.000 panfletos que distribuyeron por todas partes. Cuando Sophie Scholl dejó caer un montón de panfletos desde el atrio, el conserje la detuvo y la entregó, a ella y a su hermano, a la Gestapo.
En el interrogatorio, Hans Scholl finalmente admitió todo y asumió la mayor culpa posible para proteger a sus amigos. Solo cuatro días después, el 22 de febrero de 1943, un tribunal popular condenó a muerte a Hans y Sophie Scholl, y a Christoph Probst. Los tres fueron decapitados el mismo día. Hans Scholl tenía 24 años. Sus últimas palabras fueron: "¡Larga vida a la libertad!".
El legado
Las palabras fueron las únicas armas de Hans Scholl. Sin embargo, la libre expresión le costó la vida. Él y los otros miembros del movimiento Rosa Blanca se siguen aún considerando modelos morales, héroes de coraje civil, que valientemente llamaron a los crímenes de los nacionalsocialistas por su nombre, mientras que la gran mayoría permanecia en silencio. "Pasarán a la historia", dijo su padre, llorando, poco antes de la ejecución de sus hijos Hans y Sophie Scholl. No se equivocó.
Mirja Viehweger (RMR/CP)
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