Alexander von Humboldt visitó la ciudad Cajamarca, así como los restos del palacio de Atahualpa, propiedad del último emperador inca. En su visita, en el siglo XIX, el científico el alemán dibujó el palacio en sus diarios y fue tras los pasos de los descendientes de Atahualpa, los Astopilco, que calificó de personas "humildes y de gran corazón".