25 años de reunificación: una historia de éxito
23 de julio de 201525 años de la reunificación alemana: una historia de éxito. En todo caso, si se mira desde afuera. Ningún otro país perteneciente otrora al Bloque Oriental –y a este pertenecía la RDA– se desarrolló tanto en el último cuarto de siglo, mejoró tanto su nivel de vida y aumentó tanto su producto bruto interno como la parte oriental de Alemania.
Pero también continúan existiendo los problemas y, sobre todo, la disconformidad. Más de la mitad de toda la población del país ve más diferencias que elementos en común entre los alemanes del este y los del oeste. Una opinión muy extendida particularmente en la ex RDA.
No puede sorprender. Fueron sobre todo los habitantes de la ex RDA quienes debieron asumir que estructuras desarrolladas durante décadas de pronto colapsaran y el “socialismo realmente existente” debiera dejar paso a un sistema para ellos completamente nuevo.
En la parte occidental de Alemania, por el contrario, poco cambió. Casi dos millones de seres humanos se marcharon de los cinco estados federados del este de Alemania. Sobre todo jóvenes. Y entre estos, particularmente las mujeres. Un hecho que tiene consecuencias hasta hoy: muchas ciudades del este de Alemania, preciosamente restauradas, parecen no tener vida; las empresas no encuentran trabajadores y muchos pueblos simplemente languidecen.
El este de los dos tercios
Gran parte de la economía de la RDA desapareció a comienzos de los años 90. Como la mayoría de las empresas socialistas no eran competitivas, o bien fueron liquidadas o bien debieron declararse en bancarrota. Así desaparecieron muchos puestos de trabajo. El desempleo llegó a ser del más del 25 por ciento. Hoy es de algo más del diez por ciento.
Es casi un milagro que en el este de Alemania el producto per cápita sea hoy de dos tercios del producto en la parte occidental. Esa es también la relación entre los ingresos en el este y en el oeste.
Esas diferencias son percibidas naturalmente sobre todo por las personas de menores ingresos. Pero es necesario destacar que comparando el PIB per cápita del este de Alemania con el de antiguos países del Bloque Oriental, tales como Polonia, Hungría y la República Checa, se constata que en la ex RDA es hoy mucho mayor.
Unidos en la falta de niños
Parte de la ideología socialista consistía en declarar “trabajadores” a todos los habitantes del país. Trabajar era obligatorio, también para madres con niños. El Estado velaba por la compatibilización del trabajo y la familia, por ejemplo, con una vasta red de jardines infantiles. Con su política familiar, la RDA registró en los años 1970 una tasa de nacimientos que doblaba a la de Occidente.
Eso pertenece hace tiempo al pasado. Luego del colapso de la RDA, la tasa de nacimientos descendió fuertemente. En 1992 era de 0,74 niños por mujer: la tasa más baja en todo el mundo. Hoy, la tasa es similar en el este y el oeste: modestos 1,4 niños por mujer.