50 años de Bertolt Brecht
23 de marzo de 2007
El 14 de agosto de 1956 falleció de un infarto al corazón el escritor Bertolt Brecht. "Cambia el mundo, lo necesita", exigía el poeta y dramaturgo. Hoy, la obra de Brecht no ha perdido vigencia. Según las estadísticas, Brecht es después de Shakespeare y los Hermanos Grimm el autor cuya obra ha sido más veces representada en el teatro alemán.
Lectura obligada para muchos, el autor no sólo fue un poeta excelente sino también un autor teatral de alto contenido político, como demuestran la antibelicista, "Madre coraje y sus hijos", la anticapitalista "Opera de los tres centavos", o la obra antihitleriana "La resistible ascensión de Arturo Ui".
Forja de un rebelde
Nacido el día 10 de febrero de 1898 en Augsburgo, la de Brecht es una de esas vidas de las que se podrían escribir muchas biografías: varios matrimonios, muchas amantes, y también un sinfín de exilios.
A los 19 años publicó su primer libro de poemas "Devocionario Poético" y en 1928 estrenó la "Ópera de los tres centavos" que le catapultó a la fama mundial. Posteriormente, su carrera se vio truncada durante el régimen nazi, donde algunas de sus obras que terminaron alimentando el fuego de la quema de libros.
A partir de ahí, su vida fue un largo peregrinar de exilio en exilio como tantos otros intelectuales pasando por Viena, Zurich o Dinamarca. A su paso por EEUU, terminó obligado a declarar en el Comité de Actividades Antiestadounidenses, y tuvo que escapar de nuevo a Suiza condenado al ostracismo.
La revolución del teatro
De vuelta en su Alemania natal, esta vez dividida después de la guerra, fundó junto a su compañera Helene Weigel el Berliner Ensemble. Pero pese al reconocimiento, Brecht nunca fue un personaje cómodo para la autoridad. Ni siquiera para el régimen de la Alemania comunista que en principio lo adoptó como el intelectual que encarnaba los ideales revolucionarios. En su última época sufrió problemas con la burocracia comunista que incluso le prohibió representar algunas de sus obras.
Siempre poeta del proletariado, la preocupación por la justicia fue tema central en toda su obra. Pero sobre todo notoria fue su concepción del teatro conocida como "teatro épico".
Contra la forma tradicional, Brecht prefería una forma narrativa libre con mecanismos que evitaban que el espectador se identificara con la escena. Brecht trataba esta "distanciación" como un elemento esencial para el proceso de aprendizaje del público evitando una respuesta emocional y obligándolo a pensar.
Tras su muerte, su concepción teatral y sus obras dieron la vuelta al mundo y fueron representadas en las más diversas culturas teatrales. Incluso "La opera de los tres peniques" fue adaptada por el premio Nobel de literatura nigeriano Wole Soyinka para retratar la sociedad rica en petróleo y el gobierno militar de su país en ese momento. Y todavía 50 años después, el poeta sigue con su función… Cambiar el mundo.