50 años del Festival Cervantino, un ejemplo de resiliencia
13 de octubre de 2022¿Cómo reactivar la vida de una pequeña ciudad minera? Esa pregunta dio origen al Festival Internacional Cervantino (FIC), uno de los encuentros artísticos más destacados del mundo, que se realiza desde 1972 en la ciudad mexicana de Guanajuato.
En todo ese tiempo, una vez al año, por sus estrechas calles que suben y bajan, ha transitado una cifra incuantificable de turistas, estudiantes, figuras de la cultura y la academia -de toda talla-, críticos de arte, periodistas y público de diversas edades.
No es casualidad. Se trata del único festival del país realizado mayoritariamente con recursos federales, el cual ha sido "una plataforma de difusión de las artes escénicas, de México para el mundo. Fue un parteaguas para creadores y artistas del país”, cuenta a DW Mariana Aymerich, su directora general.
Leonard Bernstein y Zubin Metha, Pilar Rioja, Mercedes Sosa, Ella Fitzgerald Jordi Savall, el Ballet Bolshoi, la Orquesta Filarmónica de Londres, Rudolph Nureyev, el Teatro Negro de Praga, Darío Fo y Celia Cruz son solo una muestra de lo que ha sido su programación, acotada con el tiempo y las circunstancias, como los recortes presupuestales.
Un festejo emblemático
Esta edición, que se realizará del 12 al 30 de octubre, ofrecerá 116 actividades con la presencia de 2.500 artistas de 30 países. Corea del Sur es el país invitado de honor, y la capital mexicana, la entidad honrada.
Por eso, el concierto inaugural reunió a las sopranos sudcoreana Hera Hyesang Park y a la mexicana María Katzarava, acompañadas por la Orquesta Filarmónica de Ciudad de México, en la explanada de Alhóndiga de Granaditas, uno de los recintos más significativos del FIC.
Otros platos fuertes de esta celebración serán un montaje del coreógrafo griego Dimitris Papaioannou, una obra hecha ex profeso para la ocasión por la compañía catalana Fura del Baus, conciertos del estadounidense Winton Marsalis y de la Orquesta Filarmónica de Los Ángeles, dirigida por Gustavo Dudamel y el cierre a cargo del grupo mexicano Caifanes.
Difícilmente, en los próximos años el festival volverá a tener una edición tan destacada, según sus organizadores, porque éste fue un aniversario especial y por las nuevas dinámicas en torno al futuro de las artes.
De hecho, asegura su directora, "es un festival extraordinario en un momento extraordinario” porque también tratamos de entender cómo ha cambiado la forma de programar y de curar hoy en día para seguir adelante”.
Cultura para impulsar la economía
La actividad artística de Guanajuato -conocida por sus universidades, túneles y momias- proviene del siglo XVIII, "pero en 1952 a un grupo de académicos de este pueblo minero, condenado a desaparecer, se les ocurrió reactivar la vida cultural”, dice Eduardo Vidaurri, cronista de la ciudad.
Por iniciativa del catedrático y director de escena Enrique Ruelas se crearon una orquesta sinfónica y una compañía de teatro universitario que escenificaba los Entremeses Cervantinos, piezas cómicas breves.
Vidaurri, profesor de Historia Regional de la Universidad de Guanajuato, prosigue: "así empezó el turismo cultural con viernes de concierto y sábado de teatro. 20 años después surgió la idea de hacer un festival en tributo a Miguel de Cervantes”, el cual también ha tenido momentos de crisis.
Solo en dos ocasiones el festival ha sido interrumpido. En 1973 por inundaciones en algunos municipios y en 1985 por solidaridad con las víctimas del terremoto en Ciudad de México.
Pese a la incertidumbre, la emisión de 2020, hecha durante la pandemia, no se suspendió. Mariana Aymerich explica: fue "un gran reto porque tuvimos que reinventarnos y captar nuevos públicos a través de la virtualidad”.
Vivir para contarlo
En 1972 Jesús Manuel Pinto Morales trabajaba como tramoyista del Ballet Español (hoy Ballet Nacional de España), la cual formó parte del cartel de la primera edición del festival. El madrileño, hoy de 78 años, recuerda el espectáculo, realizado en el Teatro Juárez: "una aglomeración de bailes folclóricos de muchas regiones de España, como el País Vasco, Andalucía, Zaragoza y otras, que gustó mucho”.
Por eso, "como regalo para los pobladores, se montó a contrarreloj en la Alhóndiga de Granaditas”, uno de los escenarios más simbólicos de la guerra independentista de México. Sin embargo, el ambiente entre técnicos de ambos países fue de "colaboración y respeto”, recuerda Ramírez, retirado del oficio que aprendió de adolescente, cuando no había escuelas de formación.
Por su parte, el mexicano Ricardo Lara Ramírez, quien formó parte del equipo técnico del festival durante 34 ediciones, recuerda "la inquietud y emoción” entre los guanajuatenses, acostumbrados a participar en los Entremeses Cervantinos y otras manifestaciones culturales en la ciudad.
El FIC también "vino a dar auge al turismo y a la economía en la urbe”, dice el excoordinador de producción escénica de la Universidad de Guanajuato, institución que impulsó el encuentro. "Puede romper la cotidianidad, pero también es un momento esperado para muchos”.
(cp)