75 años de los juicios de Núremberg: nazis en el banquillo
El 20 de noviembre de 1945 se celebró el primero de una serie de juicios en los que un tribunal militar internacional juzgó a antiguos dirigentes nazis. La crudeza del régimen quedó patente en las sesiones.
Crímenes de guerra a juicio
21 acusados fueron procesados en 1945 y 1946 por un tribunal militar internacional creado específicamente para juzgar crímenes de guerra. Entre los ocupantes del banquillo de los acusados, había funcionarios del partido nazi, militares, diplomáticos e industriales que habían servido al régimen nazi.
Un escenario simbólico
Los soviéticos inicialmente querían que los juicios se celebraran en Berlín, la capital del régimen nazi. Pero el Palacio de Justicia de Núremberg era más apropiado, ya que no había resultado seriamente dañado durante la guerra y disponía de una prisión grande. Además, Núremberg había sido escenario de grandes concentraciones del partido nazi, lo que dotaba al lugar de un significado simbólico.
Franz von Papen: Preparar el terreno a Hitler
Como vicecanciller, Franz von Papen (centro de la imagen) trató de mantener bajo control a Adolf Hitler dentro de un gobierno de coalición. Pero pronto fue marginado y relegado a un rol secundario como diplomático. En Núremberg fue acusado de estar involucrado en la anexión de Austria. Fue sentenciado a 8 años de trabajos forzados y liberado en 1949.
Hermann Göring: 'Mariscal del Reich'
Hermann Göring (derecha) era considerado el segundo hombre más poderoso de Alemania, solo por detrás de Hitler. Sin embargo, negó conocer la existencia de campos de concentración y declinó cualquier responsabilidad por ellos. Göring fue declarado culpable de todos los cargos y sentenciado a muerte. Se suicidó con cianuro la noche previa al día previsto para su ejecución, en octubre de 1946.
Rudolf Hess: lugarteniente del Führer
Rudolf Hess fue desde el principio un inquebrantable seguidor del régimen nazi y de Hitler, quien lo nombró sustituto y lugarteniente en 1933. Por iniciativa propia, fue a Escocia en 1941 en un intento de acordar diálogos de paz con el Gobierno británico. En Núremberg fue sentenciado a prisión de por vida. En 1987, cuando tenía 93 años, se colgó en la prisión de Spandau.
Hans Frank: 'Carnicero de Polonia'
Como gobernador general de la Polonia ocupada, Hans Frank fue parcialmente responsable del asesinato de cientos de miles de personas, ya que supervisó la creación de guetos y campos de exterminio. En un discurso en 1939, dijo: "Cuantos más judíos mueran, mejor". En Núremberg expresó algún remordimiento. Después de ser condenado a la horca, dijo: "Lo merezco y lo espero".
Joachim von Ribbentrop: ministro de Exteriores
El proceso de Joachim von Ribbentrop (a la izquierda, junto con Josef Stalin en 1939) dejó claro que el ministerio de Exteriores estuvo profundamente implicado en los crímenes nazis. Las embajadas y consulados alemanes trabajaban estrechamente con paramilitares de las SS y otras organizaciones nazis para asesinar judíos. Ribbentrop no mostró remordimientos y fue el primer acusado en ser ahorcado.
Albert Speer: el arquitecto jefe de Hitler
Albert Speer (segundo por la izquierda) fue el arquitecto del régimen nazi. A Hitler le encantaban sus proyectos monumentales, pero al tribunal de Núremberg le interesaron más sus actividades como ministro de armamento y producción de guerra. Speer se presentó a sí mismo como un idealista descarriado. Logró escapar de la pena de muerte.
Gustav Krupp von Bohlen und Halbach: magnate armamentístico
Antiguo diplomático, se convirtió en magnate del acero por obra y gracia de un matrimonio en el seno de la familia de industriales Krupp. Al principio, guardó las distancias con Hitler, pero después se vio involucrado por el papel de su empresa en la industria armamentística. Krupp explotó a miles de reclusos de campos de concentración, pero no fue procesado en Núremberg por problemas de salud.
Karl Dönitz: 'último presidente del Reich'
Como comandante en jefe de la Marina alemana, Karl Dönitz (centro de la imagen) era conocido por dar órdenes a submarinos que rayaban en lo suicida. Hitler lo nombró presidente del Reich. En Núremberg fue sentenciado a 10 años, pero insistió toda su vida en que fue un oficial de carrera apolítico y no había hecho nada malo.