Abbas: ¿una victoria para la paz en Cercano Oriente?
10 de enero de 2005Con beneplácito ve la comunidad internacional la clara victoria de Mahmud Abbas en las elecciones por la presidencia de la Autoridad Nacional Palestina. De "histórico" calificó el presidente norteamericano, George W. Bush, este momento y se comprometió a ayudar al nuevo líder palestino en la renovación del proceso de paz. De una primera victoria para la paz se habla en Europa, en donde prima el tono optimista.
El politólogo alemán Dr. Volker Perthes, analista del Instituto para Política Internacional y Seguridad, en entrevista a Deutsche Welle calificó de "bueno ese optimismo, puesto que de él puede surgir una dinámica positiva tanto entre palestinos e israelíes como en la comunidad internacional, con Estados Unidos a la cabeza, en el sentido de una reactivación del proceso de paz. "
Por su parte, Mahmud Nazzal, jefe de Información de la Delegación General de Palestina en Alemania, puntualizó a Deutsche Welle que "el que la paz tenga ahora una oportunidad no depende sólo de Mahmud Abbas, sino de todos los actores en el conflicto en Cercano Oriente. En Palestina tenemos una ocupación israelí y si se trata de que venga la paz, hay que empezar por terminar con la ocupación."
La posición de Mahmud Abbas está clara: tiene la intención de negociar con Israel y expreso es su rechazo a la violencia, algo que tanto los radicales al interior de sus propias filas como los extremistas de Hamás no ven con buenos ojos. Sin embargo, así Perthes, el resultado de las elecciones "indica que la mayoría de los palestinos no está a favor de Hamás, sino que quiere un presidente que sea aceptado por los norteamericanos y por los israelíes. Y quieren volver a las negociaciones de paz, aceptan a un Abbas que dice claramente que la violencia de la Intifada debe acabar. Por otro lado, aceptan también a un Abbas que se mantiene en las exigencias palestinas de la creación de su propio Estado, en los derechos de los presos palestinos. Y que quiere reanudar verdaderas negociaciones de paz y no sólo a negociar detalles de seguridad israelí."
En esto último hace hincapié el representante de la Delegación Palestina: " Mahmud Abbas tiene la intención de negociar con Israel el fin de la ocupación, de tal manera que el pueblo palestino pueda ver hecha realidad su autodeterminación. La autodeterminación de un pueblo no es posible bajo ocupación."
Con respecto a lo histórico del momento, recalcado incluso por el presidente Bush, Nazzal resalta que el que las elecciones palestinas hayan sido democráticas y transparentes "es muy poco común en un pueblo que vive bajo ocupación". Por su parte, Perthes opina que lo más importante ahora es aprovechar la dinámica: "por un lado, el gobierno israelí que ha decidido dar pasos importantes para revitalizar el proceso de paz, como la retirada de la franja de Gaza y de otros asentamientos en Cisjordania". De vital importancia es que ello no sea producto de una decisión unilateral, sino de una acción coordinada y conjunta.
Para lograrlo, "por el lado israelí, se trata de no cerrarse a las conversaciones con los palestinos y cumplir realmente con el anunciado retiro de la franja de Gaza. Por el lado palestino, que este retiro de las tropas y de colonos no tenga lugar bajo fuego, o sea la retirada de los colonos no se convierta en una acción militar", detalla el politólogo alemán,
El papel de la comunidad internacional, más allá del claro apoyo manifestado durante la campaña electoral de Abbas, es convertir lo ofrecido en obras, declara Perthes añadiendo: "Por ejemplo, ante la perspectiva de que Israel se va a retirar de Gaza, se trata de la reconstrucción, de que los palestinos se den cuenta de que su situación mejora, de que se reconstruye su infraestructura destruida por años de ocupación e Intifada."
Mahmud Abbas aboga por una lucha incruenta, sí. Y el camino hacia la paz pasa por el campo de las negociaciones y la diplomacia, también. Sin embargo, entre otras cosas, Abbas también quiere un Estado palestino con Jerusalén como capital. Y para ello quiere la retirada de Israel de los territorios ocupados, pues, así Nazzal, "sin territorios no hay Estado posible".