Abuso infantil en Iglesia: película prende debate en Polonia
15 de mayo de 2019En solo tres días, 11 millones de personas en varios países han visto el documental "Pero no se lo digas a nadie", estrenado en Youtube. La investigación fue financiada por pequeños aportes de muchas personas, en vista de que ninguna institución gubernamental quiso apoyar el trabajo de los hermanos Sekielski, productores y directores. Antes nadie quería hablar de este tema que hoy lidera las tendencias en redes en Polonia.
Cara a cara con su agresión sexual
Los productores no solo mostraron el abuso sexual por parte de clérigos católicos sino que sentaron a victimas y victimarios frente a frente. "Yo tenía siete u ocho años, cuando usted me tocaba las partes íntimas, y se masturbaba utilizando mi mano", dice Anna, de 39 años, mirando a los ojos del cura que la violentó. Él, sentado frente a ella tapándose la cara con las manos, pregunta: "¿Qué debo hacer ahora?" Y agrega que se arrepiente y, a menudo, ora por las personas que maltrató.
Los gruesos muros de la Iglesia
En un país en el que 90% dice profesar el catolicismo y la palabra del sacerdote todavía tiene peso, la divulgación del abuso sexual genera un terremoto social. La película desvela también la resistencia que sufren las víctimas dentro de la Iglesia: puertas cerradas, protección de los perpetradores, desconfianza general frente a sus tragedias: la película muestra historias reales de abuso, a veces espeluznantes.
"La pedofilia en la Iglesia siempre ha sido un problema sistémico", dijo el sacerdote jesuita Jacek Prusak en una conversación con el canal privado TVN24. "El problema no son solo los curas, sino la institución en la que se cometen estos delitos, que los facilita y hasta los justifica".
La cabeza de la Iglesia polaca negó primero los abusos denunciados en el documental, luego se disculpó vacilante, para luego ignorarlos nuevamente. El arzobispo de Gdańsk, Leszek Glodz, del ala ultraconservadora, dijo que él no vería películas "sin valor". Los políticos del partido liberal de izquierda "Primavera" mostraron entonces la película frente a la casa de Glodz.
Tras las palabras, ¿vendrán los hechos?
Incluso Grzegorz Schetyna, el jefe del mayor partido de la oposición, "Plataforma Cívica", que busca una buena relación con la Iglesia, dijo que "la lucha contra la pedofilia no es una lucha contra la Iglesia, sino por la defensa de los niños. Y no nos detendremos ante nadie". Varios partidos de la oposición solicitan un comité de investigación ampliado, que debería incluir a representantes de las víctimas. El acceso a los archivos de la Iglesia también se ha solicitado.
El estreno de este documental llega en medio de un momento políticamente caldeado en Polonia. Las elecciones europeas tienen lugar este 26 de mayo, las parlamentarias seguirán en otoño y las presidenciales en 2020. El partido gobernante PiS, que se ve como preservador de la fe y la Iglesia, se arroga ahora la lucha contra el abuso infantil en las filas de la Iglesia Católica.
Entrentano, el Gabinete del Primer Ministro Mateusz Morawiecki propone que los autores de abusos sexuales contra menores reciban una pena de hasta 30 años de prisión, que estos no prescriban y que el límite de edad sea aumentado de 15 a 16 años.
Una cosa queda clara: después de este documental, los delitos sexuales contra menores en la Iglesia polaca ya no podrán ser ignorados. También en Polonia crece el número de feligreses asqueados de Iglesia, mientras hay cada vez menos seminaristas. Con su conducta, la Iglesia misma acelera la secularización.
(jov/er)
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