Acusan a una banda de lavar millones de euros en Alemania
13 de noviembre de 2018En la frontera germano-belga, a fines de julio de 2015, poco después del mediodía, la Policía alemana detuvo cerca de la ciudad occidental de Aquisgrán a un Mercedes Clase C con una matrícula de Bremen que acababa de ingresar a Alemania desde Bélgica.
Detrás del volante iba sentado un joven que, como el otro pasajero en el automóvil, nació en El Líbano y vivía en una ciudad cerca de la ciudad de Bremen, en el norte de Alemania. Los dos dijeron a los oficiales que habían ido a Bélgica para hacer algunas compras. Sin embargo, al registrar el vehículo, los oficiales encontraron 489.000 euros (cerca de 548.500 dólares) en efectivo, desglosados en billetes pequeños, y escondidos entre capas de ropa interior en bolsas de gimnasia.
Investigaciones adicionales realizadas por agentes de aduanas en Essen revelaron que las bolsas contenían trazas de cocaína. Sin saberlo, los investigadores se habían topado con dos miembros de un grupo que movía relojes de lujo, joyas y automóviles por valor de decenas de millones de euros entre Europa, África Occidental y Oriente Medio.
Los equipos de reportaje de investigación de las emisoras públicas alemanas NDR y WDR y el periódico Süddeutsche Zeitung (SZ) tuvieron acceso a cientos de páginas de archivos de casos, que hacen suponer que los investigadores creen que es una red global de tráfico de cocaína y lavado de dinero.
Una red en Europa occidental
En febrero de 2015, agentes de la Agencia de Control de Drogas de los EE. UU. (DEA) interceptaron con éxito conversaciones telefónicas entre presuntos miembros de un cártel colombiano de la droga que hablaban sobre la transferencia de las ganancias de las drogas a América del Sur.
Esta información provocó una amplia investigación en Francia, que llevó a cientos de llamadas telefónicas y numerosas medidas de vigilancia encubiertas. Los investigadores identificaron rápidamente una red ilegal que abarca todo el oeste de Europa, con sucursales en el Medio Oriente, África y Sudamérica.
Un total de 14 personas han sido acusadas de trabajar juntas para lavar decenas de millones de euros de negocios con drogas.
Casi todos ellos son ciudadanos libaneses o tienen raíces familiares en el Líbano. Los investigadores llamaron al caso "Cedar" (Cedro), por el árbol en el escudo de armas de la bandera libanesa. Según los archivos del caso, los investigadores creen que la red estaba activa en Europa pero que era controlada desde El Líbano.
Se informó que, en el apogeo de las operaciones, eel grupo lavó 1 millón de euros por semana, también en Alemania. No está claro hasta qué punto esas acusaciones serán elevadas ante el tribunal.
Desde el Líbano, de regreso a Sudamérica.
La investigación culminó en una operación masiva en enero de 2016, en la que la Policía registró casas en seis países, arrestó a sospechosos e incautó más de 800.000 euros en efectivo. Cuatro sospechosos fueron arrestados en Alemania, donde la policía registró departamentos en Düsseldorf, Münster y alrededor de Bremen.
El grupo funcionaba jerárquicamente. Algunos de los miembros, como los que fueron detenidos en la frontera cerca de Aquisgrán (oeste de Alemania), recolectaron dinero en efectivo de las ventas de drogas en Alemania, Bélgica, España, Italia y Francia.
Se suponía que debían entregar ese dinero a otros miembros del grupo, que luego lo usaban para comprar joyas, relojes de lujo y automóviles caros, los que más tarde eran transportados al Líbano para ser vendidos. Según los investigadores, las ganancias de esas ventas se transfirieron directamente del Líbano a los carteles de América del Sur que habían entregado la cocaína a Europa.
Las autoridades también investigaron si los perpetradores podrían haber actuado en nombre de Hezbolá. Los cargos contra los sospechosos, sin embargo, no incluye ninguna acusación de financiación del terrorismo, debido a la falta de pruebas.
Sospechosos niegan tener conocimiento sobre tráfico de drogas
Se cree que Alemania fue el centro del negocio ilegal del grupo. Dos acusados en el caso vivían en Münster y Düsseldorf, mientras que otros dos vivían cerca de Bremen.
La investigación también podría tener consecuencias desagradables para cuatro joyeros alemanes que ahora están siendo investigados por cargos de participación en lavado de dinero.
"Las investigaciones han demostrado que, de 2011 a 2015, estos joyeros probablemente recolectaron más de 20 millones de euros de las personas involucradas. Cada uno entregó efectivo y cada uno lo entregó en bolsas de plástico", explicó un portavoz de la oficina de la Fiscalía de Aquisgrán.
Uno de los principales sospechosos en el caso es Ali Z., de Münster. En una entrevista con NDR, WDR y SZ, declaró que era inocente y dijo que su floreciente negocio de exportación legal había sido explotado por los otros acusados en el caso.
Afirmó que no sabía nada sobre el dinero de las drogas y dijo que asumió que el dinero se había obtenido legalmente. Ali Z. agregó que, hasta el día de hoy, todavía no comprende la base sobre la cual los fiscales han formulado sus acusaciones.
Rechazó la acusación de que el grupo apoya a Hezbolá, y dijo que los investigadores franceses fueron influenciados políticamente por sus colegas estadounidenses sin que existiera evidencia de esta conexión. Otros acusados no quisieron hacer comentarios sobre el juicio.
Miles de casos de lavado de dinero en Alemania.
Los expertos creen que los sospechosos no realizaron esos extravagantes viajes de compras en Alemania por casualidad. En comparación con sus vecinos europeos, Alemania está a la zaga en la lucha contra el lavado de dinero.
"Está completamente aceptado que alguien pague por artículos de lujo o incluso bienes raíces en efectivo", dijo Sven Giegold, miembro alemán del Parlamento Europeo y portavoz de los Verdes para política económica y financiera. Aunque numerosos propietarios de negocios están obligados por la Ley de Lavado de Dinero de Alemania a informar sobre pagos sospechosos, eso rara vez sucede.
La Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de Alemania, responsable de estos casos, registró unos 60.000 informes de lavado de dinero en 2017, de los cuales, solo 216 eran de joyeros, concesionarios de automóviles u otros minoristas. Un portavoz de la UIF dijo que los problemas de este tipo se estaban tornando cada vez más graves. En 2019, planean dirigirse especial y exhaustivamente a los minoristas para aumentar su conciencia al respecto de estos delitos de lavado. La UIF también quiere mejorar la cooperación con las autoridades de vigilancia.
El juicio en París está programado para finales de noviembre.
Volkmar Kabisch, Jan Lukas Strozyk, Benedikt Strunz/ NDR, SZ, WDR (CP)
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