¿Adiós al sueño de los electroautos?
27 de mayo de 2013De los cerca de 43 millones de vehículos privados que recorren las calles y rutas alemanas, solo 7.000 son electroautomóviles. El ministro alemán de Medio Ambiente, Peter Altmaier, sin embargo, no deja de creer en su objetivo de llegar al millón de electroautos en 2020. Para lograrlo, pone grandes esperanzas en las flotillas de automóviles de las empresas, según dijo este lunes durante la presentación de un proyecto del Correo Alemán (Deutsche Post), que planea poner en circulación 79 furgonetas de reparto a impulsión eléctrica.
“En Alemania, los electroautomóviles son usados, sobre todo, por grandes empresas o sistemas de autos de alquiler compartidos (car sharing)”, dice Stefan Bratzel, director del Centro de Gestión Automotor (Center for Automotive Management), un instituto de investigación con sede en Bergisch-Gladbach, en las cercanías de Colonia. “Solo un ínfimo porcentaje corresponde a usuarios privados”, subraya. Para los clientes comunes, los electroautomóviles siguen teniendo varias desventajas: el alcance es limitado, solo hay 2.000 estaciones públicas de carga en todo el país, y no todos pueden cargar su coche eléctrico en el propio garaje.
A eso se suma el alto costo, ya que un modelo a electricidad cuesta alrededor de un 50 por ciento más que un automóvil a combustión, explicó Bratzel a Deutsche Welle. “Casi nadie está dispuesto a pagar esas sumas. La diferencia en el precio con respecto a un auto común deberá disminuir en los próximos años”.
Japón y Corea, líderes en e-autos
“La razón por la cual actualmente no se venden más autos eléctricos también tiene que ver con que la oferta aún no es lo suficientemente atractiva”, dice, por su parte, Ulrich Eichhorn, presidente de la Unión de la Industria Automovilística, en entrevista con DW. “Pero eso cambiará de manera drástica en los años siguientes”, pronostica Eichhorn. “Hasta fines de 2014 habrá una oferta de 16 vehículos de firmas alemanas, además de una serie de electroautomóviles de fabricantes de otros países”, asegura.
En cuanto a tecnología, los autos japoneses siguen siendo líderes en el mercado, seguidos por Corea del Sur, indica un estudio de la asesoría de empresas Roland Berger, en conjunto con la Sociedad para la Investigación del Automóvil. De acuerdo con esa investigación, se espera que la optimización de las baterías provenga casi exclusivamente de esos dos países, desarrollo en el cual Alemania jugará solo un papel secundario. “Coincido con ese pronóstico”, dice Stefan Bratzel, “Japón y Corea nos llevan años de ventaja en el desarrollo de baterías, así como también en cuanto a su industria de bienes de consumo y electrónica”.
Un objetivo difícil
La industria automotriz alemana no cree que la solución a la falta de popularidad de los autos eléctricos sean las gratificaciones a la hora de la compra, tal vez porque en el mercado alemán hay, hasta ahora, más modelos extranjeros que de fabricación propia. “Lo que se debe lograr es que el producto sea convincente. Esa es la clave para que se venda sin tener que recurrir a incentivos especiales”, dice Eichhorn.
En Japón circularon en 2012 aproximadamente 24.000 electroautomóviles, mientras en Alemania lo hicieron solo 7.000. Pero eso no quiere decir que este tipo de coches no tenga futuro, opina el experto: “A comienzos de los años 80 los teléfonos móviles tampoco eran tan comunes, y nadie hubiera pensado que llegaría el día en que todos tuvieran uno”. A nivel de estadísticas, se considera que un automóvil funciona a electricidad cuando cuenta con una batería que se puede cargar a través de un cable de electricidad, es decir, los llamados híbridos plug-in, y los range extender, en los cuales es posible ampliar el alcance con un motor a combustión adicional.
Es probable que Alemania no pueda cumplir con el objetivo de que circulen un millón de vehículos a electricidad por sus calles hasta 2020. La Unión de la Industria Automovilística estima que, hasta entonces, solo habrá unos 600.000 coches eléctricos, siempre y cuando no cambien las condiciones básicas. Pero Stefan Bratzel cree que lo importante no es la fecha en la que se logre dicha meta, ya que, después de todo, eso no es relevante para las empresas que operan en el mercado global: “La electromovilidad se impondrá cuando aumenten las ventas de vehículos a nivel internacional”, afirma.
Autor: Andreas Becker/ Cristina Papaleo
Editora: Emilia Rojas Sasse