Afganistán: nada que celebrar
19 de agosto de 2007El 88° aniversario de su independencia de Gran Bretaña encuentra a Afganistán en el atolladero. Los ánimos no están para celebrar. En el correspondiente acto oficial, el presidente Hamid Karsai destacó el peligro en que se encuentra el país, ante los renovados embates de los talibanes. Un peligro que se hace manifiesto a diario. La sangría no ha llegado a los niveles de Irak, pero no es menos dolorosa. La muerte de otro soldado de las tropas internacionales emplazadas en territorio afgano este domingo no hace más que confirmar que la espiral de violencia sigue su curso amenazante y que la buscada estabilidad brilla por su ausencia.
Víctimas alemanas
Para Alemania, el balance de las últimas semanas es inquietante: un ingeniero germano muerto tras haber sido secuestrado, otro que sigue en manos de sus captores, tres policías alemanes abatidos en un atentado y ahora una mujer alemana secuestrada a plena luz del día en un restaurante de Kabul, donde se hallaba con su marido.
Mientras la policía afgana desplegaba amplios operativos en busca de la mujer, que trabajaba para una organización humanitaria, un canal privado de TV emitió un video en el que la rehén se identifica con su carnet y pide al gobierno de Alemania hacer todo lo posible por su liberación. Un secuestrado enmascarado afirma en la cinta no pertener a los talibanes. Según dijo, su grupo pide la liberación de unos familiares detenidos. Las autoridades estiman que los secuestradores son delincuentes en busca de dinero de rescate. Pero todo indica que en Afganistán la delincuencia y la violencia política van de la mano. Y eso, a su vez, es síntoma de la erosión general, que no se ha logrado detener ni revertir.
¿Más soldados?
La discusión de fondo gira, en consecuencia, en torno a la estrategia adecuada a seguir en Afganistán. Para el gobierno alemán está claro que una retirada de las tropas de ese país no es alternativa. De ahí que lo más probable es que las misiones de los soldados germanos sean prolongadas el mes entrante. Pero eso no quiere decir que el consenso sobre la política seguida en el tema afgano no presente fisuras, ni que haya unanimidad de criterios en cuanto a los próximos pasos.
La posibilidad de incrementar las tropas alemanas en Afganistán y su campo de acción no despierta precisamente entusiasmo Algunos estiman que la estrategia militar no da resultado y abogan por buscar otras opciones. Otros piensan que, si se requieren más soldados, son otros países los llamados ahora a saltar a la brecha. Pero también hay partidarios de ampliar las operaciones, como el ex ministro de Relaciones Exteriores, Joschka Fischer. En un programa de televisión, el político verde consideró un error que no se haya enviado militares germanos al sur de Afganistán el año pasado, cuando las fuerzas canadienses perdieron allí 60 efectivos en la lucha contra los talibanes.
Seguridad europea
Paralelamente, el gobierno de Berlín recalca ante la ciudadanía que la intervención en Afganistán es imprescindible. “No hay alternativa”, reiteró en un periódico dominical el ministro alemán del Interior, Wolfgang Schäuble”, estableciendo un vínculo entre la situación afgana y la seguridad alemana. En este contexto, subrayó que se debe evitar, “por todos los medios”, que surjan en Afganistán nuevos centros de entrenamiento de terroristas. “No podemos considerar este caso en forma aislada y pensar que no tiene importancia para Europa. La verdad es que ocurre justamente todo lo contrario”, afirmó.