Alemania, conmovida por un niño
13 de octubre de 2006El pequeño Kevin fue visto vivo por última vez el pasado mes de julio. Su padre, un hombre de 41 años adicto a la heroína, había enfrentado diversos procesos jurídicos por actos de violencia; entre ellos, la muerte no esclarecida de su esposa. Debido a este historial, el niño de dos años y medio de edad había sido puesto bajo el cuidado de un tutor administrativo. Tanto éste como los trabajadores sociales que se ocupaban de supervisar las condiciones en que se encontraba el pequeño recomendaron que no fuera devuelto al hogar paterno, por no existir garantías para su seguridad.
Sin embargo, la Oficina para la Protección de Menores en Bremen decidió que Kevin debía regresar con su padre. Aparentemente, los funcionarios no conocían los expedientes judiciales en contra del presunto filicida. Hace tres días, el cuerpo del niño fue encontrado en el casa, dentro de una congeladora. El hallazgo de produjo durante una diligencia en la cual las autoridades se aprestaban a recuperar al menor.
La política reacciona
Aunque la causa exacta de su muerte no ha sido establecida con precisión, se sabe que Kevin sufrió contusiones, fracturas y hemorragias. El padre, principal sospechoso, fue quien condujo a las autoridades hasta el sitio donde estaba el cuerpo. En principio dijo que se había producido un accidente, pero ante el peso de la evidencia preliminar no ha vuelto a declarar.
El caso ha conmocionado a la sociedad alemana, y causado enorme revuelo a nivel político. Karin Röpke, ministra de Asuntos Sociales de Bremen, renunció un día después de que fuera descubierto el cuerpo. La ministra federal de la Familia, Ursula von der Leyen, afirmó que en el caso de Kevin hubo descoordinación entre las autoridades involucradas, y anunció la implementación de un programa piloto de detección temprana, para erradicar la negligencia contra las niñas y los niños de entre cero y dos años de edad.
La propia canciller, Angela Merkel, dijo que la muerte de Kevin debe ser esclarecida “sin que haya pretexto alguno”, y abogó porque haya mayor ayuda y atención a los niños que la necesitan.
No faltan leyes, sino atención
Más allá de estos pronunciamientos, la Federación Alemana para la Protección de la Infancia ha señalado que no son necesarias leyes más firmes para evitar que se repita la tragedia. De acuerdo con Heinz Hilgers, dirigente de la organización, el sistema para controlar y, en su caso, retirar la custodia legal de los menores a sus padres es suficientemente sólido. Lo que hace falta, agregó, es que haya los mecanismos para que dichas normas se cumplan, así como para que haya una mejor capacitacion de personal a cargo de tales asuntos.
Como quiera que sea, el caso de Kevin ha levantado una discusión nacional sobre el cuidado que merecen los menores de edad, sobre todo aquellos que se encuentran en especial situación de vulnerabilidad. Después de estos sucesos, la clase política alemana se encuentra altamente sensibilizada tanto hacia los problemas como a las posibles soluciones. Se habla, ya, de una partida adicional dentro del presupuesto para fortalecer al sistema de protección a la infancia. En el caso de Kevin, por desgracia, este esfuerzo llegará demasiado tarde.