Alemania e Irán: persisten diferencias por programa nuclear de Teherán
25 de febrero de 2005
Alemania e Irán se mostraron hoy optimistas en Berlín. Pero del optimismo al hecho hay mucho trecho. El encuentro del ministro alemán de Relaciones Exteriores, Joschka Fischer, con el jefe del Consejo de Seguridad iraní, Hassan Ruhani demostró una vez más "la gran dificultad de dirimir el conflicto" en torno al programa nuclear iraní, apuntó el político alemán.
El meollo del asunto
En Berlín no se percibió ningún acercamiento sustancial. Tras la reunión bitaleral de dos horas, las posiciones contrarias siguen siendo claras pero invariables. Ruhani dirige las negociaciones en las que Alemania, Francia y la Gran Bretaña intentan desde octubre del 2003 obtener "garantías objetivas" de que el programa de enriquecimiento de uranio que realiza Irán como Estado suscriptor del Tratado de No Proliferación Nuclear sólo tendrá fines civiles. El meollo del asunto es el temor de que Irán aproveche la tecnología y el uranio a su disposición para construir la bomba atómica.
Esta tecnología también implementada en Alemania, es la base para generar el combustible utilizado en plantas nucleares movidas por reactores de agua liviana. Dichos procesos son empero aptos para la producción de uranio enriquecido y con éste la bomba atómica.
Abstención no es aún definitiva
El problema tiene ya su trayectoria. A solicitud de la Unión Europea, Teherán desistió en 2004 de enriquecer uranio con fines bélicos. Alemania y sus socios europeos empero, aún no han logrado que el régimen iraní se abstenga, definitivamente, de implementar la tecnología en cuestión.
Pero aunque las autoridades iraníes se muestren duras, sus posiciones no parecen del todo inamovibles. El secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán, Hassan Rohani seguirá conversando con la Unión Europea aunque quiere "más dinamismo", pues "hay aspectos en los que se avanzó poco". Ruhani recorre, por estos días Berlín, París y Londres.
Impensables consecuencias
El presidente estadounidense George W. Bush expresó su respaldo al proceso de la UE, a la que Irán considera "el interlocutor idóneo". Las esperanzas quedan puestas en la próxima ronda de conversaciones, prevista para el 15 de marzo en Ginebra.
Alemania aboga por ir al grano con Teherán. Las consecuencias de un fracaso serían imprevisibles: una carrera armamentista nuclear sería apenas el comienzo.