Funcionario del Gobierno alemán exige más cambios a Cuba
23 de julio de 2010“La voluntad del Gobierno cubano es sacar de la cárcel a todas las personas sobre las que no pesen crímenes de sangre”, declaró Ricardo Alarcón, presidente del Parlamento cubano, al asistir a la tercera Asamblea Mundial de presidentes de Parlamentos en Ginebra esta semana. "Exijo al Gobierno cubano hacer realidad inmediatamente el anuncio del presidente del Parlamento", respondió desde Berlín el encargado de política humanitaria y de derechos humanos del Gobierno alemán, Markus Löning.
Pero Alemania – que se opone junto a Francia, República Checa y Suecia al levantamiento de la “Posición Común” europea – no se conforma con la liberación de los prisioneros políticos, sino que exige a La Habana “cambiar su política de forma fundamental”, añade Löning en un comunicado del ministerio de Exteriores. DW-WORLD conversó con el representante del Gobierno alemán.
“Todos los prisioneros no violentos”
Según un informe de la opositora Comisión Cubana de Derechos Humanos (CCDDHH), el número de disidentes presos descendió en Cuba de 201 a 167 en el primer semestre de 2010. Amnistía Internacional (AI) reconoce entre ellos al menos a 53 “prisioneros de conciencia”. Con las 52 liberaciones prometidas la cifra de la CCDDHH descendería a 115 y la de AI a una docena – “la más baja de los últimos 50 años”, según el presidente de la CCDDHH, Elizardo Sánchez.
“El Gobierno cubano tiene que cumplir por fin con sus obligaciones y liberar a las personas que sólo han expresado pacíficamente su postura política”, exigió el encargado alemán de política humanitaria y derechos humanos en entrevista con DW-WORLD. Löning se refiere a los 115 registrados por la CCDDHH como disidentes, que se corresponden, según las informaciones del funcionario, con todos aquellos críticos del Gobierno que han demandado, por medios no violentos, “más respeto a las libertades políticas, los derechos humanos y la democracia”.
¿Todos?
“Todos los presos políticos en Cuba serán liberados” aseguró también esta semana el titular español de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos. Dicho así, la medida incluiría a quienes no se beneficiarán de las 52 liberaciones negociadas por la Iglesia católica cubana y los Gobiernos de Cuba y España – pues no son parte del grupo de 75 condenados en 2003, acusados de recibir dinero de EE.UU. en el proceso conocido como “Primavera Negra”.
Además, no habría impedimentos para permanecer en la isla o marcharse a un país distinto de España - aseguró Moratinos. La situación facilitaría el levantamiento de la “posición común”, que condiciona las relaciones entre Cuba y la Unión Europea desde 1996, así como la suspensión de sanciones económicas que EE.UU. sostiene sobre la isla desde 1962.
Pero ni Moratinos ni Alarcón han precisado sobre cuántos de los presos registrados por AI o la CCDDHH no pesan “crímenes violentos”, según el Gobierno cubano. Hasta ahora, La Habana ha liberado a 20 prisioneros de los 52 pactados, que viajaron a España en diferentes grupos en los últimos diez días.
Moscú sí, pero la Habana no
Por su parte, Alarcón exhortó a Estados Unidos, en Ginebra, a que “libere de sus cárceles” a los cinco prisioneros cubanos acusados de espionaje por las autoridades estadounidenses en 1998. El corresponsal de BBC en la capital de Cuba, Fernando Ravsberg, afirma que el operativo contra “los 75” acusados de "mercenarios" por La Habana formó parte de una estrategia frustrada de la isla para canjearlos por “los cinco”, en una operación similar a la ocurrida recientemente entre EE.UU. y Rusia.
El encargado del Gobierno alemán calificó de “juego cínico del régimen" aprovechar las liberaciones para hacer sus propias exigencias (aunque se refirió especialmente a la “Posición Común”). Analistas creen que el Gobierno cubano accedió a las liberaciones presionado por la inminente discusión de la “posición común” de la UE (pospuesta para septiembre), así como por el debate en el Congreso de EE.UU. sobre una ley que autorizaría el turismo norteamericano hacia la isla.
Próximo paso: ¿elecciones libres?
El fuerte movimiento de crítica internacional al Gobierno cubano en materia de derechos humanos y “la Posición Común” europea son en parte responsables de los actuales giros del Gobierno cubano, asegura Löning. Por eso, Berlín va más allá y exige a la isla “respetar de una vez los derechos humanos y permitir a sus ciudadanos una vida digna y autodeterminada”. Ello incluye “decidir también su gobierno mediante elecciones libres”, añade el comunicado del ministerio de Exteriores.
El escenario futuro que describe el funcionario alemán, prioriza las exigencias sobre derechos políticos, especialmente relacionados con la libertad de expresión, movimiento y el respeto a la integridad de la persona: “que los cubanos y cubanas puedan decir lo que quieran, diseñar sus vidas como quieran, dejar el país o permanecer en él; que cada ciudadano sepa que está protegido y que su Gobierno asuma la responsabilidad de velar por su libertad e integridad”.
“Demandamos lo que consideramos correcto”
Pero Löning menciona también derechos económicos y sociales: “el derecho a la alimentación, al agua potable, a una vivienda confortable, a una vida digna bajo condiciones económicas que incluyan la lucha contra la pobreza”; o el derecho “a erigir un negocio, hacerse de una profesión, construir su país y diseñar un mejor futuro para sus hijos” – algunos de los cuales el Gobierno cubano defiende como cubiertos, con resultados reconocidos por Naciones Unidas en índices como el de desarrollo humano.
En cuanto a discrepancias en la “agenda de cambio” propuesta desde dentro o fuera de la isla, y el reclamo de algunos actores de la sociedad civil o la sociedad política opositora cubana de que la comunidad internacional respete el “diálogo entre cubanos” iniciado por Iglesia y Estado, Löning acepta como “normal” las diferencias entre los discursos políticos y demandas nacionales e internacionales. El funcionario se inclina por hallar “soluciones comunes por la vía del debate político”, sin renunciar a la presión, pues “en esta parte del mundo vivimos en libertad y podemos demandar lo que consideramos correcto”.
Autora: Rosa Muñoz Lima
Editor: Enrique López Magallón