Alemania golea 4-0 a Argentina y es semifinalista en el Mundial de Sudáfrica
3 de julio de 2010La juventud alemana, con la presencia de valiosos jugadores experimentados, resultó en una contundente victoria del cuadro germano en los cuartos de final del Mundial de Sudáfrica ante la selección de Argentina.
Esta vez no hubo papelito como en el Mundial de 2006, ni prórroga, ni ronda de penales. El mejor equipo argentino en muchos años hombre por hombre, y además dirigido por Diego Armando Maradona, salió derrotado en Ciudad del Cabo ante un equipo alemán sin grandes nombres, pero con una gran cohesión en el juego de conjunto.
Palabras y goles
Los dos equipos nacionales se habían retado, mandándose verbalmente a casa en los prolegómenos del partido. En la cancha, el gol de Thomas Müller a los dos minutos de transcurrido el partido no dio tiempo a desplegar las estrategias iniciales.
Lo que quedó claro es que los jóvenes alemanes salieron a jugar con gran ritmo y aprovecharon la oportunidad otorgada por la falta de Otamendi fuera del área. Precisamente fue Müller, uno de los noveles talentos, el que fríamente anotó de cabeza el uno a cero.
El tanto, sin embargo, no enloqueció a los alemanes, que siguieron presentando un juego ordenado y pausado, sin conceder la posesión del balón.
Argentina, en cambio, no presentaba un esquema definido de juego, basándose sobre todo en la posibilidad de explotar el enorme talento en los botines de sus seleccionados.
La albiceleste todavía no se había encontrado en el terreno de juego, salvo alguna escapada por el lado defendido por Philipp Lahm. Su primer tiro de esquina se produjo apenas al minuto 17 del partido, momento en el cual además Diego Maradona comenzó a preparar cambios.
Los jóvenes alemanes lograban abrir espacios, pero fallaban al momento de enviar el pase a profundidad. Esto era producto de una variante el poner a Klose a jugar un poco por los costados. Así, el delantero del Bayern München desperdició una oportunidad creada por Thomas Müller, al volar disparo al minuto 23.
Con su experiencia, Bastian Schweinsteiger se alzaba como el motor del equipo nacional germano. ¿Y dónde estaba Messi? Atrasadísimo, buscando la inercia que lo llevara a crear un ataque fatal.
A los 30 minutos, Podolski se quedó parado esperando un balón a los tres cuartos de cancha, que llegó a las botas de Tévez. Messi cobró el tiro directo, por encima de la portería.
A estas alturas del partido, la albiceleste cargaba una y otra vez por el lado de Boateng, asistido pobremente por Podolski en el flanco defensivo izquierdo. Di María era el encargado de perforar la defensiva. Pero al descanso el marcador era aún 1-0 a favor de los germanos.
A los vestidores, Alemania se llevó retos claros: dejar de ceder espacios por el lado de Jerome Boateng, y evitar que Messi y di María siguieran apareciendo cada vez más. En una palabra, no seguir poniendo en peligro la magra ventaja. En cuanto a la ofensiva, los de Joachim Löw buscarían generar oportunidades, pero tendrían que mejorar mucho en el tiro de media distancia. El sector de Gabriel Heinze era un flanco a todas luces abierto para los germanos.
Las dos estrellas, Özil y Messi, jugaron un discreto primer tiempo, aunque el argentino apareció con mayor peligrosidad.
Éxtasis y agonía
Conforme a la jerarquía del encuentro, Argentina salió a morirse en la cancha para el segundo tiempo. Löw no logró solucionar de modo claro la falta de apoyo para Boateng. Como resultado, Argentina lució mucho más potente a la ofensiva al principio de la segunda mitad. Y justo cuando más apretaban los albicelestes, una relampagueante acción de Podolski dejó a Klose solo frente al arco abierto, para el 2 a 0.
De ahí en adelante, el partido fue de un solo lado. Vinieron el tercero y el cuarto, obra de Miroslav Klose y resultado de un juego ordenado, preciso y sereno.
Messi en cambio se perdió por completo, mientras que el cuerpo de Diego Armando Maradona hablaba el lenguaje de la derrota. El técnico de la albiceleste no estuvo a la altura de otros encuentros: se le vio callado, encorvado, falto de iniciativa al dar indicaciones a sus jugadores.
Primeras reacciones
Pese a la goleada, los comentaristas alemanes siempre ponderaron a la albiceleste como “un digno rival” que luchó todo el tiempo. Alemania, agregan, triunfó debido a un gran trabajo del técnico Joachim Löw, y de una labor que comienza desde las ligas inferiores y las selecciones juveniles.
"Cuando uno gana 4-0 a Argentina, faltan las palabras", dijo Thomas Müller en las primeras reacciones luego del triunfo. "Alemania está justamente en semifinales", agregó el jugador, que fue uno de los pilares de la victoria.
A su vez, Bastian Schweinsteiger dijo sentirse jubiloso y "con la carne de gallina" de emoción al ver cómo los aficionados festejan ya en Alemania. Sobre el duelo verbal previo al partido entre él y Diego Maradona, el mediocampista dijo: "Mantengo el respeto por Argentina como país. Pero hoy las cosas en el campo ya están resueltas".
Oliver Kahn, ex arquero de la selección alemana y hoy comentarista, se dijo muy feliz por el triunfo "en este juego de entrenamiento ante Argentina". "Ahora podemos decir abiertamente que queremos ser campeones del mundo", añadió.
Philipp Lahm dijo que es "increíble vencer a uno de los principales contendientes por el título mundial, y por cuatro a cero. Cada uno de los semifinalistas es favorito, pero ahora debemos pensar partido por partido."
Joachim Löw manifestó orgullo por la manera de jugar de la selección alemana. "Thomas Müller demostró que tiene suficientes cualidades como atacante."
"Contábamos con que Argentina presentaría una fase de resistencia", añadió el entrenador germano al revisar lo sucedido en Ciudad del Cabo, cuando la albiceleste parecía tomar la iniciativa del partido. "Pero siempre supe que Miroslav Klose aparecería en los momentos importantes para aportar goles a nuestra selección", dijo Löw, jubiloso.
Autor: Enrique López Magallón
Editor. Pablo Kummetz