Alemania impulsa la globalización ecológica
19 de marzo de 2006El proyecto "Algodón Hecho en África" (del inglés, "Cotton made in Africa"), aspira a unir los esfuerzos privados y públicos por impulsar una globalización más equitativa. Así al menos lo presentan las autoridades alemanas, que cuentan con el apoyo de importantes empresas del país.
Así, desde mediados de los años 90 que el gigante de ventas por catálogo "Otto", apuesta por cumplir estándares sociales y ecológicos. Ahora, junto con otras ma5cas de fabricación y venta de textiles y la organización alemana de Ayuda contra el Hambre (Welthungerhilfe), Otto a ha lanzado este proyecto para comprar algodón ecológica africano.
Una camiseta como ejemplo
La experiencia práctica puede transmitir con frecuencia de una manera más directa conceptos abstractos. Así por ejemplo, más vale un simple camiseta para mostrar el proceso de la globalización que emplear estadísticas económicas y gráficos analíticos.
China por ejemplo, no sólo fabrica estas camisetas sino que además se ha convertido en el principal productor de algodón del mundo con 16 millones de toneladas al año. Los EE.UU. están firmes en el segundo puesto gracias su algodón subvencionado.
Los perdedores de este listados son los productores de los países subdesarrollados, para quienes el algodón es uno de sus principales bienes ed exportación. La ministra alemana para Cooperación Económica y Desarrollo apunta que "para casi 20 millones de africanos occidentales es su principal exportación". Según Heidemarie Wieczoriek-Zeul, para un país como Burkina Faso el algodón representa la mitad de sus ventas internacionales, que permiten financiar la escolarización de sus niños y la salud pública".
Comercio justo
En el marco d el proyecto "Algodón hecho en África", el empresario Michael Otto y otras empresas del segmento de la moda quieren comprar una cantidad garantizada de algodón a los productores africanos para garantizarles así un nivel de ingresos.
A cambio, los productores se comprometen a cumplir determinados estándares sociales y ecológicos, como reducir la cantidad de pesticidas empleados para fabricar así algodón "ecológico".
La apuesta por textiles ecológicos no es nueva en la empresa Otto. No se trata sólo de una estrategia altruista, sino que es parte de una política de imagen corporativa. "El cliente valora que un producto se haya fabricado respetando estándares sociales y el impacto en el medio ambiente, sabemos que así alcanzamos un eco muy favorable", admite Michael Otto.
Del dicho al hecho…
No es una novedad que cada vez más empresas descubren su conciencia social como concepto de mercadeo y venta.
Así, la cadena de cafeterías estadounidense Starbucks vende café procedente del comercio justo, por ejemplo de Centroamérica, el gigante turístico alemán TUI vende paquetes de vacaciones ecológicas y el fabricante de alimento para bebés Hipp se presenta como agricultor ecológico. Todo esto para asegurarse la confianza y fidelidad de la clientela.
Se trata de consumir sin cargo de conciencia. El comercio justo ha dejado de ser marginal y es ya una tendencia consolidada, un estilo de vida para muchos y ya no un fenómeno limitado a los ecologistas.
Sin embargo existe un problema fundamental por el cual la ecuación económica no puede llegar a funcionar. Mientras que los ecologistas están dispuestos a pagar un sobreprecio por su buena conciencia, el consumidor moderno lo piensa dos veces.
…hay mucho trecho
Así, el algodón ecológico apenas representa el 1% del mercado alemán. Para que la intención social y medioambiental se convierta en una realidad económica y comercial, las empresas que participan en estos proyectos dedican esfuerzos adicionales a la promoción y al mercadeo.
Meter Prokosch, gerente del capítulo alemán del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF por sus siglas en inglés), reconoce una mezcla de alegría y escepticismo cuando está ante los catálogos que promueven estos productos. "Intentamos darle nuestro aval a todos los proyectos que hayan demostrado perseguir objetivos en el interés de todos", explica.
En el marco de "Algodón Hecho en África", se prevé una producción exclusiva de 10.000 toneladas hasta el 2007, constituyendo la materia prima para 10 millones de camisetas y 3 millones de vaqueros, que así podrán dar un testimonio positivo de la globalización.