Alemania: invertir en la Luna

Neue Osnabrücker Zeitung, de Osnabrück: “¿Ondeará la bandera alemana en la luna dentro de seis años? Las premisas técnicas existen. La agencia espacial estadounidense NASA perderá su supremacía absoluta a más tardar el próximo año, cuando envíe los tres transbordadores espaciales que le quedan al museo. Al mismo tiempo, cada vez más países desarrollan programas lunares. Sobre todo China e India. Para salir como ganador de esta coyuntura, habrá que aclarar el tema del financiamiento de una misión alemana a la Luna lo antes posible. Porque algo es seguro: rechazar el programa presentado ayer podría resultarle a Alemania, en cuanto emplazamiento científico, más caro que la realización del proyecto”.

Digna de Maquiavelo

Frankfurter Rundschau, de Fráncfort del Meno: “Mediante osadas empresas, el príncipe puede conquistar el reconocimiento de su pueblo, enseña el asesor político Maquiavelo. Y, abracadabra, la ministra de Investigación científica, Anette Schavan –una mujer que pocas veces ha llamado la atención por un discurso vehemente en materia de ciencia e investigación- y Peter Hinze, coordinador de asuntos espaciales, se lanzan a la brecha. Quieren destinar 1. 500 millones de euros a una misión a la Luna. Esa es la política del canguro. Grandes planes y nada de dinero en la bolsa. El año pasado, el Ministerio de Economía detuvo la misión LEO, que sólo habría costado un tercio del nuevo proyecto. Pero ahora se requieren visiones osadas. Y, súbitamente, también los liberales reaccionan. Han prometido que, después de las elecciones, todo esto estará sobre la mesa de negociaciones”.

Invertir en el futuro

Westfälischer Anzeiger, de Hamm: “Una inversión en la navegación espacial no tiene por qué ser dinero dilapidado, si se la realiza correctamente. La navegación espacial representa tecnología de punta y en este terreno hace tiempo que Alemania no ocupa ya un lugar preponderante. Sin embargo, sólo aquel que invierte suficiente dinero en ciencia y tecnología tiene una economía floreciente. ¿Y las arcas vacías? Bueno, un país que puede destinar 5.000 millones de euros al desguace de autos viejos, también debería estar en condiciones de invertir por lo menos una fracción de esa suma en verdaderos proyectos de futuro.”

Efecto a largo plazo

Sächsische Zeitung, de Dresde: “El efecto sería a largo plazo. Y, de todas maneras, es más sensato que inyectar miles de millones en el desguace de autos antiguos para frenar, a corto plazo, la caída de un ramo individual en el agujero de la coyuntura económica. Con un proyecto lunar propio, Alemania, como nación tecnológica, se liberaría del papel de socio minoritario en la navegación espacial”.

Autora: Emilia Rojas/dpa

Editor: Enrique López