Alemania: investigan a soldados por maltrato en caso Kurnaz
8 de enero de 2007La fiscalía de la ciudad alemana de Tubinga comunicó que investiga a dos soldados alemanes del Comando de Fuerzas Especiales del Ejército (KSK) sospechosos de haber maltratado al prisionero musulmán que posteriormente fue internado en la cárcel antiterrorista de Guantánamo.
Los dos miembros del comando especial germano estacionado en Afganistán son acusados del cargo de lesión corporal grave. La decisión de abrir sumario contra los soldados fue tomada para impedir la inminente prescripción del delito.
Murat Kurnaz, turco criado en Alemania, acusó a ambos de haberle golpeado la cabeza contra el piso y haberlo pateado mientras estuvo detenido en la ciudad afgana de Kandahar.
5 años pero no en Guantánamo
Kurnaz identificó en fotografías a los soldados que lo maltrataron. Los acusados podrían ser condenados a penas máximas de cinco años de cárcel.
Kurnaz le dio rostro ante la opinión pública alemana a la prisión militar estadounidense de Guantánamo. Estuvo internado allí durante cuatro años y medio por una sospecha de terrorismo nunca confirmada.
El año pasado fue puesto en libertad merced a la gestión de la canciller germana Angela Merkel.
Kurnaz viajó a Pakistán en octubre de 2001, poco después de los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos en viaje de peregrinación, según afirmó en declaraciones ante una comisión del Parlamento Europeo. Pocas semanas más tarde fue detenido por mercenarios, que, según sus palabras, lo vendieron "por entre 3.000 y 5.000 dólares a los americanos".
Lugar equivocado, momento equivocado
Kurnaz niega hasta hoy que haya viajado a Pakistán para sumarse a los talibanes y sostiene que quería conocer mejor su fe religiosa.
De Pakistán fue llevado a Kandahar, Afganistán, y entregado a las Fuerzas Armadas estadounidenses. En ese período afirma que fue interrogado y maltratado por soldados alemanes. En enero de 2002 fue internado en Guantánamo por sospecha de pertenecer a la red Al Qaida.
Allí dijo haber sido torturado, amenazado de muerte y humillado. Se le aplicaron electroschocks y durante días no recibió comida, sostuvo su abogado estadounidense, Baher Azmy. Fue liberado en agosto de 2006, después de que la canciller Merkel abordara su caso en un encuentro con el presidente de Estados Unidos, George W. Bush.
El caso de Kurnaz ocupa a dos comisiones parlamentarias alemanas además por la posible implicación de los servicios de inteligencia alemanes.