Alemania lucha por legalizar a las empleadas de limpieza
12 de agosto de 2019Heike tiene que inclinarse bastante para sacar platos limpios de un lavavajillas industrial. De un solo tirón, saca el estante de 10 kilogramos, lo vacía, lo limpia y coloca la siguiente carga: "La mayoría solo te ve como un simple limpiador, como el peldaño más bajo de la sociedad. 'Estás limpiando mi desorden y te estoy pagando por ello', te dicen". No obstante, agrega, "aquí la gente me trata con respeto".
Durante el año pasado, la mujer de 55 años y sus empleados trabajaron como limpiadores en una oficina de planta abierta de 5.000 metros cuadrados, en el este de Berlín. Todos están en la nómina y se les paga legalmente, pero para Heike ese no fue siempre el caso.
"Recibí Hartz IV durante mucho tiempo porque no pude encontrar nada", explica Heike, que no quiso ver publicado su apellido, refiriéndose al sistema de prestaciones al desempleado de larga duración en Alemania. Para mantenerse a sí misma y a sus hijos, recolectó materiales reciclables y papel de desecho por dinero en efectivo. También limpió casas de vecinos, les hizo las compras y obtuvo una base de clientes en el proceso. Pero sus temores crecían cada día: "Era un sentimiento horrible, ¿qué pasa si alguien te denuncia y de repente tienes que pagar una multa?", recuerda.
De desempleada a empresaria
En 2015, Heike dejó atrás sus miedos al fundar su propia empresa de limpieza, que cuenta ahora con seis empleados. Pero para un estimado de 1 millón de personas, principalmente mujeres, trabajar ilegalmente como limpiadoras sigue siendo una realidad. Trabajan sin registro y sin seguro, por bajos salarios por hora, en un estimado de 3 millones de hogares alemanes, según un estudio del Instituto Económico Alemán (IW).
Heike cuenta que le solían pagar 10 euros por hora. Eso está algo por encima del salario mínimo obligatorio en Alemania, de 9,19 euros por hora; pero si las autoridades capturan a un ama de llaves no registrada, es probable que reciba multas y pierda su trabajo. Y si el limpiador recibe beneficios sociales al mismo tiempo, ser atrapado puede generar cargos de fraude. Del mismo modo, la persona que paga al limpiador puede enfrentar multas de hasta 5.000 euros.
El dinero es escaso
Heike paga 2.000 euros cada mes por el seguro de salud de sus empleados y, aunque dice querer darles un aumento, asegura que sus clientes no pagarían una tarifa más alta "porque los limpiadores ilegales mantienen los precios bajos". "El mes pasado fue realmente malo", relata Heike, pues estuvo ausente del trabajo durante cuatro semanas debido a una operación en la rodilla. "Si no trabajo yo misma, no queda nada", afirma.
La dura lucha contra el trabajo ilegal
Heike recuerda a las personas que conoció en el vasto mercado de trabajadores ilegales de Alemania. Muchos son conscientes de que rara vez serán monitoreados por las autoridades. "Y si lo son, es un riesgo que están dispuestos a correr", señala. "La mayoría dice: 'No me importa, de todos modos recibo Hartz IV'".
Es por eso que los legisladores alemanes han estado intentando, durante años, incentivar el empleo legal de los limpiadores. Así, por ejemplo, un porcentaje del costo de recurrir a empleados domésticos es ahora deducible de los impuestos. Aquellos que trabajan en los llamados "mini-trabajos", por salarios de hasta 450 euros al mes, pueden trabajar legalmente y libres de impuestos, mientras los empleadores solo tienen que pagar un pequeño impuesto a cambio.
Aún así, la lucha contra el trabajo ilegal sigue siendo un desafío. En 2017, el porcentaje de limpiadores domésticos no registrados todavía era aproximadamente del 89 por ciento, una mera disminución del 5 por ciento con respecto a 2005.
"Falta disposición para pagar", considera Dominik Enste, economista del IW en Colonia, que trabajó en el estudio del instituto sobre las "amas de llaves". Muchas personas que pagan a estas "amas de casa" continúan viendo sus servicios como una simple ayuda a un vecino, en lugar de un trabajo formal, agrega.
Para Heike está claro que se necesita también más honestidad del lado de los empleados, que busquen trabajar con la conciencia limpia. Pero los impuestos y otras tarifas para personas como ella también deben reducirse, "de lo contrario, nada de eso vale la pena".
(few/rml)
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