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Alemania: el DAX por las nubes, pese a signos de recesión

Mischa Ehrhardt (desde Fráncfort)
5 de diciembre de 2024

Aumentan los indicios de recesión en Alemania, pero el índice bursátil alemán celebra un nuevo récord. ¿Cómo es posible?

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Interior de la bolsa de Fránfort, con personas sentadas ante diversas pantallas.
El DAX es el principal índice bursátil alemán, que esta semana está alcanzando valores récord. Imagen: imagebroker/IMAGO

Los datos económicos de los últimos tiempos hablan por sí solos. Primero, la economía de Alemania sufrió una contracción y, tras una ligera recuperación en verano, la tendencia actual vuelve a apuntar a la baja.

El miércoles (4.12.2024), la Oficina Federal de Estadística de Wiesbaden informó de una importante caída de los pedidos industriales del 3,7 por ciento en comparación con el mes anterior. El descenso se debe casi exclusivamente a la falta de pedidos grandes, hecho que distorsiona el panorama general.

"Como consecuencia, es probable que cada vez más empresas reduzcan su producción en los próximos meses, para ajustarla a la cartera de pedidos actual", afirma el economista Ralph Solveen, del Commerzbank. "Esto contribuirá, probablemente, a que la economía alemana siga contrayéndose ligeramente en el semestre invernal".

El DAX, en máximos históricos

A pesar de las modestas perspectivas en general, el índice bursátil alemán (DAX), el barómetro más importante de la bolsa alemana en Fráncfort, está celebrando nuevos récords esta semana. El martes, el índice principal superó su máximo de finales de julio e incluso alcanzó un máximo histórico a última hora de la mañana: 20.038,01 puntos. ¿Cómo encaja todo esto?

Por un lado, las cotizaciones en los mercados bursátiles suelen volver a subir a finales de año. Hay varias razones para ello. Una de ellas es que algunos fondos, por ejemplo, intentan comprar acciones que registran buenos resultados a finales de año para impulsar su producto, lo que también se conoce como window-dressing o maquillaje financiero.

Los inversores se centran en los bancos centrales

Sin embargo, la respuesta está, sobre todo, en el cambio de expectativas que los inversores tienen de los bancos centrales y su manejo de los tipos de interés. 

"Aunque los indicadores blandos se han estabilizado recientemente en un nivel bajo, el débil entorno macroeconómico ya no justifica las subidas de los tipos de interés", afirma Carsten Brzeski, economista jefe de ING.

En otras palabras, el punto más elevado de los tipos de interés podría haberse superado. Y algunos observadores predicen que los principales bancos centrales, como la Reserva Federal de EE. UU. (Fed) y el Banco Central Europeo (BCE), podrían volver a recortar los tipos de interés el año que viene.

En su lucha contra la inflación, ambos bancos centrales han subido mucho los tipos de interés en el último año y medio. Concretamente, el BCE dio diez vueltas de tuerca seguidas a los tipos de interés para controlar la elevada inflación.

El efecto que buscaba era encarecer los préstamos, disminuir las inversiones y el gasto y, con ellos, la demanda. Todo ello debería conducir, en última instancia, a una caída de los precios y, por lo tanto, a una menor inflación. En fases de subida de los tipos de interés, los mercados bursátiles pueden verse presionados por la ralentización económica que suele acompañar a esta situación. En pocas palabras: las perspectivas de negocio y beneficios de las empresas se resienten.

Por otro lado, los tipos de interés elevados también hacen que los bonos sean más lucrativos para los inversores. Por ello, muchos inversores cambian, salen de los mercados de renta variable y ponen su dinero en los mercados de renta fija. Esto se debe a que los rendimientos vuelven a ser atractivos. Además, el riesgo -al menos para muchos bonos del Estado- es menor.

Por tanto, es posible que los inversores estén "valorando" la perspectiva de una bajada de los tipos de interés, lo que aumenta la demanda de renta variable. Si los inversores evalúan correctamente la situación, los mercados de renta variable se están anticipando a la evolución futura.

¿Realmente no hay peligro de desplome?

Pero, actualmente, no es para nada seguro que esto vaya a ocurrir realmente. Los nuevos pasos del BCE dependerán principalmente de cómo evolucione la inflación en la eurozona, es decir, de si vuelve a acercarse al objetivo del dos por ciento y cuándo. Y esto, a su vez, depende de si los acuerdos salariales comparativamente elevados repercuten en los precios y en qué medida.

Debido a la importante pérdida de poder adquisitivo, no hay indicios de una espiral de precios y salarios en la que precios y salarios se empujen mutuamente al alza. Sin embargo, la "última milla", como dijo recientemente el presidente del Bundesbank, Joachim Nagel, "podría ser la más dura". En otras palabras, volver a bajar la alta inflación es comparativamente más fácil que dar los últimos pasos hacia el objetivo real de inflación. Y este se sitúa en torno al dos por ciento para el BCE.

Por lo tanto, la fiesta bursátil podría terminar rápidamente si resulta que los bancos centrales aún no han llegado al final de su lucha contra la inflación. O si los conflictos y las crisis geopolíticas siguen agravándose.

(ms/rml)