Alemania no quiere donantes de órganos automáticos
16 de enero de 2020La operación dura ocho horas. Cuando Oliver Weber despierta del coma artificial día y medio después, le invade una energía incontenible. "Fue un sentimiento demencial, me sentía muy feliz, lleno de energía”, recuerda.
Poco antes, todo había sido distinto en la vida de este hombre de entonces 47 años que luchaba contra la muerte. Debido a una enfermedad autoinmune poco común de su hígado, llamada colangitis esclerosante primaria (CEP), su cuerpo empezó a envenenarse. Su piel se tornó amarilla y una debilidad extrema se apoderó de él.
Volver a nacer
El 22 de marzo de 2012, Weber se despertó en el hospital universitario de la ciudad alemana de Essen con un nuevo hígado. "Para mí fue como volver a nacer”, cuenta a DW. "Como está muy cerca de mi verdadero cumpleaños, siempre los celebro a la vez. El 22 de marzo es un día en el que tomo una pausa y reflexiono”.
Sin embargo, muchos enfermos en Alemania no llegan a tener esta oportunidad de volver a nacer. Los donantes de órganos escasean. Tomarse una pausa y reflexionar es algo que también han hecho este jueves (16.01.2020) los diputados del Parlamento alemán. En una votación de conciencia, al margen de las habituales divisiones por bloques partidistas, los legisladores han votado mayoritariamente contra el modelo de la doble exclusión voluntaria.
La propuesta de ley presentada por el ministro alemán de Salud, el cristianodemócrata Jens Spahn, preveía que todo el mundo fuera donante de órganos a no ser que solicitase no serlo o que, tras su muerte, sus familiares se manifestasen en contra.
Para la práctica de la donación de órganos en Alemania hubiera sido un cambio fundamental, pero una mayoría de 379 diputados del Bundestag votaron en contra, y solo 292 lo hicieron a favor. Se mantiene, pues, el modelo del consentimiento informado.
Un grupo de legisladores encabezados por la líder verde Annalena Baerbock había defendido aferrarse a ese sistema. Defienden apostar por una mejor información para aumentar el número de donantes. Su propuesta es que cada ciudadano sea informado sobre la donación de órganos a la hora de recoger un nuevo documento de identidad, es decir, al menos cada diez años.
Alemania, pobre en donantes
La pregunta es si eso bastará para solucionar el problema. La cifra de donantes es muy inferior a las necesidades de donaciones, especialmente para quienes padecen de enfermedades del hígado o riñones. De acuerdo con los datos de la Fundación Eurotransplant, en Alemania hay ahora mismo 9.004 pacientes que esperan un trasplante.
En comparación con sus vecinos europeos, la falta de donantes de órganos es bastante acentuada. En España hay 48 donantes por cada millón de habitantes, mientras que en suelo alemán solo hay 11,5. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre 2005 y 2017 el número de donantes alemanes se redujo de 1.220 a 769. En 2018 volvió a aumentar, alcanzando la cifra de 955.
Curiosamente, los alemanes muestran actitudes positivas respecto a la donación de órganos. Según una encuesta del Centro Federal para la Información Sanitaria, en 2018 el 84 por ciento de la población alemana aprobaba la donación de órganos. Sin embargo, solo un 36 por ciento tenía carné de donante.
En opinión de Eugen Brysch, presidente de la Fundación Alemana para la Protección del Paciente, está claro por qué: "En una encuesta se puede responder rápidamente sí o no”, dice Brysch a DW. "Pero a la hora de abordar el tema hay que hacer frente a los miedos. Y en este asunto se trata directamente de uno mismo, lo cual es una gran diferencia”.
El ejemplo español
Brysch rechaza con vehemencia un modelo de consentimiento de exclusión voluntaria, como el que tienen muchos países del entorno. No obstante, para él España es un ejemplo a seguir, aunque por otra razón: "En España hubo un cambio muy significativo cuando el Estado asumió la responsabilidad. La ciudadanía se dijo: aquí hay un máximo control, una enorme transparencia y confiamos en que el sistema es justo”. En Alemania, cree, la mitad de la población desconfiaría.
Alemania pertenece al grupo de países con un modelo de consentimiento informado, en el que la donación de órganos solo es posible cuando el difunto manifestó expresamente en vida su voluntad de donar o, en caso de que esto no ocurriera, si sus familiares lo aprueban tras su fallecimiento. En Croacia, Bélgica, Estonia, Finlandia, Lituania y Noruega los familiares tienen derecho a la objeción, aunque el fallecido hubiera manifestado su voluntad de donar órganos.
Al contrario que en España, en Alemania la coordinación de los trasplantes no es competencia del Ministerio de Salud, sino que se encarga de ello un órgano sin ánimo de lucro, la Fundación Alemania de Trasplantes de Órganos. Junto con Austria, Bélgica, Croacia, Eslovenia, Hungría, Luxemburgo y Países Bajos, Alemania pertenece a la alianza Eurotransplant, que facilita que los órganos puedan ser donados en otro país. Una vía por la que Alemania se aprovecha de la disponibilidad de donantes de sus vecinos.
La ley de trasplantes alemana ha sido reformada varias veces tratando de seguir el ejemplo español. Así, todos los hospitales que llevan a cabo operaciones de trasplante de órganos deben estar registrados en un sistema que centraliza los datos a escala federal.
(eal/dz)
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