República de Weimar/Kurt Tucholsky

Alemania en noviembre de 1918. El emperador Guillermo II de Alemania debe abdicar, la Primera Guerra Mundial finalizó. En el país reina el caos: ¿Quién gobernará en el futuro? Durante los últimos meses de guerra, los socialistas radicales y los socialdemócratas moderados se disputaban el gobierno del país. El 9 de noviembre, tanto el socialista Karl Liebknecht como el socialdemócrata Philipp Scheidemann proclamaron la República.

Una llamada al Jefe del Estado Mayor, Wilhelm Groener, el 10 de noviembre supuso la solución a favor del presidente del SPD, Friedrich Ebert, quien planeaba un pacto con el poder militar. El convenció a Groener de actuar en conjunto contra los radicales de izquierda en torno a Liebknecht para evitar una amenazante guerra, asegurar así una transición ordenada hacia la república, acabar con la revolución e incentivar la paz con los aliados. Los socialdemócratas en torno a Ebert y Scheidemann en cooperación con el poder militar tomaron la responsabilidad gubernamental en la nueva República. La sublevación de la izquierda, el llamado “Levantamiento Espartaquista”, se sofocó con ayuda del Ejército. Los socialdemócratas tenían entonces vía libre para su concebida Constitución, la cual se aprobaría en Weimar en 1919 y de ahí el nombre “República de Weimar”.

Tucholsky: contra el nacionalismo y el militarismo

Kurt Tucholsky, un joven berlinés escritor y periodista de 27 años, no estaba de acuerdo con la alianza entre los antiguos poderes. El vivió la guerra muy de cerca como soldado y se convirtió al pacifismo tras las experiencias en el Frente Oriental. A él le irritaba la fuerte posición tomada por el poder militar en la joven democracia. “La Primera Guerra Mundial fue para Tucholsky y muchos de su generación una verdadera cesura. El esperaba que se hubieran sacado conclusiones de la catástrofe, y estaba decepcionado de que no se hubiesen alcanzado grandes logros“, comenta Rolf Holfsfeld, autor de la biografía “Tucholsky, una vida alemana”.

Tucholsky se consideraba de izquierda, cercano al Partido Comunista de Alemania (KDP), pero trabajar junto con dicha organización no se le hubiera pasado por la cabeza. Como muchos militantes de izquierda, que no deseaban unirse a Moscú, se desahogó escribiendo, como por ejemplo, en el semanario “Die Weltbühne” contra la presencia del poder militar o las tendencias nacionalsocialistas, que él consideraba reliquias de épocas pasadas y un peligro para la joven democracia. “Alemania tiene una rareza anatómica. Escribe con la izquierda y actúa con la derecha”, escribió Tucholsky en 1920. Con esta frase, dio a entender que los partidarios de izquierda influían intelectualmente en el país, pero el ambiente general estaba marcado por el militarismo y el nacionalismo. Tucholsky fue uno de los primeros que presintió la debacle de la República y la propagación de los nazis. “Es increíble con qué precisión ya él entonces pudo intuir los hechos que de facto tuvieron lugar”, dice Hosfeld.

En las elecciones de 1930, el NSDAP, Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán, de Hitler, obtuvo el 18% de los votos. La gran decepción política, las restricciones al ejercicio periodístico y diversos problemas privados le hicieron tomar una decisión: el exilio en Suecia, su país anhelado.

Ya desde Suecia vivió la toma de poder de los nazis el 30 de enero de 1933, hecho que lo enmudeció periodísticamente. En diciembre del mismo año falleció en Gotemburgo de una sobredosis de pastillas. En la actualidad su muerte sigue siendo un tema controvertido: ¿cometió suicidio?

¿Le gustaría a Tucholsky la Alemania actual? “Se sentiría a gusto. Lo que no quiere decir que no fuera crítico con ella”, asegura Hosfeld. Las intervenciones militares del Ejército alemán, la actuación gubernamental en la crisis bancaria, “seguro que le irritaría que la gente común tenga que padecer las consecuencias de tales decisiones”, según Hosfeld. Estaría molesto, como lo estaría cualquier persona que escribe con la izquierda.