Alemania vs. Holanda: el regreso del clásico
16 de junio de 2004Hoy es el día de la verdad, tanto para alemanes como para holandeses. El que quiera ser campeón europeo, tendrá que vencer esta tarde a su rival. No sólo porque se adjudica los codiciados 3 primeros puntos, sino porque una victoria le da alas al equipo ganador y frena emocionalmente al perdedor.
Los encuentros futbolísticos entre Alemania y Holanda siempre han estado cargados de tensiones. Primero, porque la buena calidad deportiva de ambos es indiscutible y segundo, porque los seguidores de ambos equipos proyectan en el campo de juego muchas de las emociones, de las buenas y de las otras, que suelen sentir contra sus vecinos pero no se atreven a expresar.
¿Alemania a la defensa?
En todo caso, ambos afirman estar bien preparados. Y si se le ha de creer a los expertos, "Alemania jugará con el equipo más defensivo que haya habido en toda la historia del fútbol", desde su creación por los chinos por el año 480 a.C, habría que complementar. Si la estrategia es la defensa tendrá que haber alguien que meta los goles. Y ese será, por lo que hasta ahora se presume, el delantero Kevin Kuranyi, por cuyas venas corre sangre panameña, carioca y alemana.
Ballack, uno de los astros del equipo alemán estaría reservado para tiros directos y de cabeza. Algo quiere evitar, Michael Skibbe, uno de los entrenadores técnicos, a toda costa: que a los alemanes les pase lo que le sucedió a los ingleses contra Francia. Alemania experimentó ya una vez esa amarga derrota cuando el Bayer Múnich fue abatido por Manchester United en Barcelona. Así que la premisa es no aflojar un segundo hasta después del pitazo final.
Artes ocultas en plena Europa
Otra lección, según Rudi Völler: penales y tiros libres contra Alemania deben evitarse al máximo. Así que sus pupilos "lucharán por la pelota limpiamente y utilizarán el lenguaje como táctica de descontrol". A lo mejor funcione: los holandeses, cuando quieren, entienden alemán.
Por lo pronto, muchos hinchas holandeses están a la búsqueda de alfileres y agujas para debilitar a su archirival alemán en una fiebre de veneración por las artes ocultas y de dudosa efectividad. La revista Panorama, de los Países Bajos, regala incluso a sus lectores todo el paquete completo con muñecos en el tricot alemán para pinchar con alfileres. Sin duda, un simpático acto de desesperación, pero con el vudú pasa como con las brujas. Nadie ha comprobado que obren, pero de "que las hay las hay".