"Algunas bombas sobreviven a los incendios forestales"
1 de agosto de 2018Deutsche Welle: El hemisferio norte se encuentra de nuevo en la temporada de incendios forestales. Es verano y hace bastante calor. Especialmente en las regiones en las que hubo conflictos armados, sigue habiendo a menudo restos de municiones sin detonar en el suelo. ¿Cuál es el peligro en caso de un incendio?
Jürgen Plum: Los mayores peligros provienen de la munición que se encuentra cerca de la superficie. Normalmente se trata de munición de artillería a una profundidad de 30 a 40 centímetros. En caso de un incendio forestal, está expuesta a temperaturas muy altas. Pero incluso la munición mucho más pequeña puede llegar a ser peligrosa. Por ejemplo, los cartuchos o las minas antipersonas se encuentran a menudo justo debajo de la superficie.
¿Podría cualquier incendio forestal hacer que exploten estas municiones, o tendría que ser un incendio muy severo?
Un fuego normal ya es suficiente. El explosivo TNT detonará a temperaturas superiores a 200 grados. Normalmente solo habría una deflagración, pero debido a que el explosivo en bombas, granadas y minas está cubierto y cerrado, el resultado puede ser una explosión.
¿Cué sucede con las bombas más grandes de aviones, de entre 300 a 1000 kilogramos? Estas atraen más la atención de la gente porque hay que evacuar áreas más grandes. ¿También son un problema en los bosques?
Los bombardeos, aquí en Alemania, han tenido lugar casi exclusivamente en las ciudades. Sin embargo, de vez en cuando se encuentra una de ellas en algún bosque. Pero esas bombas se encuentran, por su peso, en profundidades de entre dos a seis metros, dependiendo del tipo de suelo. Por lo general, este tipo de artefactos explosivos no se ven afectados por un incendio forestal, porque la temperatura no penetra la suficiente profundidad en el suelo.
Su empresa se fundó poco después de la Segunda Guerra Mundial para eliminar artefactos explosivos sin detonar aquí, en Alemania. Uno de sus proyectos fue la limpieza del bosque "Hürtgenwald", escenario de una de las batallas más duras y crueles de la guerra. Allí también se produjeron varios incendios forestales en la década de 1950. ¿Qué experiencia tiene su empresa desde entonces? ¿Puede un incendio ser útil para limpiar una zona de municiones abandonadas?
La zona puede ser un poco menos peligrosa después de un incendio de este tipo. Pero un incendio forestal nunca puede llevar a que la gente diga: 'Ahora todo está limpio de municiones'. Todo lo que se encuentre a poco más de 30 centímetros de profundidad, puede sobrevivir un incendio forestal.
Además, ya por razones de la protección de la naturaleza, no se debe prender un fuego para eliminar explosivos. Hay que hacerlo bien, aunque sea un poco más costoso.
Con el tiempo, la munición se deteriora más y más. ¿Aumenta o disminuye el peligro con los años?
El peligro aumenta. No se sabe qué procesos químicos tienen lugar en los explosivos y en los cuerpos metálicos. ¿Qué metales se utilizaron? ¿Cómo se procesaron? ¿Qué reacciones químicas se producen en la granada o el explosivo a lo largo de los años? Es impredecible, y también totalmente diferente, lo que una granada o una mina pueden o no pueden soportar con el tiempo. El calor podría entonces añadir una última componente para hacer que explote.
Jürgen Plum, de 59 años, es uno de los dos directores de la empresa alemana Röhll, especializada en la eliminación de artefactos explosivos. La empresa fue fundada inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial por Paul-Heinz Röhll para eliminar municiones sin detonar en Berlín, y más tarde también en el Hürtgenwald, en la frontera germano-belga, cerca de Aquisgrán. En la década de 1960, la empresa había liberado más de seis millones de kilómetros cuadrados de desechos de municiones en toda Alemania.
Autor: Fabian Schmidt (GG/CP)
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