Alimentación: un derecho
10 de junio de 2002La meta de reducir sustancialmente el hambre en el mundo es tan antigua como la historia de las cumbres de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. La FAO culminó hace 2 décadas su primera conferencia sobre alimentación con la proclama de que, en el plazo de 10 años, "ningún hombre, mujer o niño" debía seguir padeciendo hambre.
El objetivo de erradicar el hambre no sólo no se cumplió en el lapso propuesto sino que, en la siguiente cumbre, celebrada en Roma en 1996, se constató que la desnutrición afectaba entretanto a unas 840 millones de personas. Se trazó entonces la meta de reducir la cifra a la mitad, hasta el año 2015. Pero ya hoy en día se puede prever que eso no se logrará: el número de personas subalimentadas disminuye a razón de seis millones anuales y no de 22 millones, como se esperaba.
Código internacional
El gobierno alemán, en conjunto con otros estados europeos, aboga en Roma por establecer un código internacional, en que a la alimentación sea un derecho que se pueda hacer valer ante la Justicia. De esta forma se podrían definir claramente las obligaciones de los estados, empresas privadas y grupos sociales.
Sin embargo, las posibilidades de llevar adelante la idea no son muchas. Lo más probable es que sólo se adopten "directrices" no vinculantes. El derecho humano a la alimentación quedará postergado para la siguiente cumbre.
El lado oscuro de la globalización
La FAO tendrá que limitarse a desempeñar, como hasta ahora, una función admonitoria. Poco puede hacer frente a los intereses de las grandes potencias industriales como Estados Unidos, que recientemente elevó sus propias subvenciones agrícolas en un 70%.
Este proteccionismo de los países ricos es parte del lado oscuro de la globalización. Por otra parte, según el secretario general de la FAO, Jacques Diouf, la ayuda al desarrollo brindada por los estados industrializados se redujo a casi la mitad en los años 90.
La zona con mayores problemas sigue siendo África. Una vez más ha comenzado una carrera contra el tiempo en el sur del continente, por ejemplo, en Zimbabue y Mozambique. Cuatro millones de personas se ven amenazadas por una aguda escasez de alimentos. Los motivos van desde las sequías hasta los problemas administrativos.
Suficientes alimentos
Las malas gestiones de gobierno y los gastos militares excesivos siguen siendo la causa del hambre existente en diversos lugares del mundo. Los países pobres carecen de divisas para importar alimentos y la gente, de dinero para comprarlo.
El hambre persiste, pese a que existen alimentos suficientes para toda la población mundial. La producción de cereales se ha duplicado desde comienzos de la década del 60. En Roma se pretende ahora incentivar la lucha concreta contra el hambre dentro de los propios países afectados. También el empleo cuidadoso de la tecnología genética podría contribuir a paliar el problema, según la FAO.
Los recursos destinados al desarrollo deben concentrarse más en las zonas rurales, que es donde vive el 70% de las personas afectadas. Es necesario adoptar medidas contra la erosión, mejorar el abastecimiento de semillas y abonos para los campesinos y organizar una forma efectiva de venta de productos. Una de las principales tareas de la cumbre de Roma consistirá, justamente, en movilizar recursos adicionales para financiar esas labores.