América Latina: sólida posición con excepciones
25 de agosto de 2007América Latina no puede sustraerse a la vorágine de los mercados financieros internacionales. Ello no sorprende, en vista de la alta interrelación entre las plazas financieras mundiales. No obstante, sí sorprende la vehemencia con que las acciones, los bonos y los tipos de cambio de numerosos países centro y sudamericanos han reaccionado al temor generalizado de una recesión económica como consecuencia de la crisis hipotecaria en los EE. UU.: tanto las monedas, como las acciones y los bonos se desplomaron inmediatamente después del estallido de la crisis hipotecaria por el temor a que los problemas del mercado crediticio afecten el crecimiento de la economía mundial.
El desplome de las cotizaciones fue en parte más vehemente que durante la crisis asiática de fines de los años 90. “Ello no lo hubiera esperado, pues los datos básicos de muchas economías latinoamericanas son hoy mucho mejores que entonces”, dijo sorprendido Heinz Mewes, durante muchos años economista jefe de Dresdner Bank América Latina, al periódico alemán FAZ, de Fráncfort del Meno, la metrópoli financiera alemana. Desde el cierre del banco con sede en Hamburgo a fines del año pasado, Mewes asesora a empresas alemanas que quieren invertir en la región y edita un “Monitor de los mercados financieros en América Latina”.
Inversores no han aprendido
“Evidentemente, los inversores internacionales no han extraído una importante lección de las crisis anteriores y miden a todos los países emergentes con el mismo rasero”, agrega el experto alemán. Para Mewes, ello es lamentable, pues en países como Brasil, México, Perú y Colombia, los inversores pueden contar con buenas condiciones marco.
“En Brasil, las finanzas públicas han mejorado notablemente”, subraya. Efectivamente, el déficit público brasileño se redujo el último año del 2,5 % al 2,1 % del producto interno bruto (PIB). Brasil tiene en los últimos tiempos un permanente superávit comercial y el Banco Central aplica una política monetaria claramente orientada a la estabilidad de precios.
Brasil puede transformarse en 2009 en un acreedor externo. En el 2002, cuando la crisis económica y financiera, el país logró apenas impedir declararse en quiebra. En los últimos cinco años, la situación económica y la estabilidad han mejorado notablemente. En 2006, el sector público se transformó en un acreedor neto del exterior. Gracias a un rápido aumento de las reservas, incluso la economía del Brasil en su totalidad, y no sólo el sector público, prestará en 2008-2009 neto más de lo que adeuda al exterior, según los pronósticos.
También México se halla en mejor situación que en los años 90, agrega Mewes. El peso de la deuda ha disminuido y el país es por ello menos hoy menos vulnerable. Un punto débil ve Mewes en la gran dependencia mexicana de EE. UU. y estima que el país debería diversificar más sus mercados. Ya existe un Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea, pero que hasta ahora no se ha reflejado en una verdadera intensificación de las relaciones comerciales bilaterales.
Sello de calidad para Perú
Mewes también alaba a Perú, donde la situación económica se ha estabilizado y “las perspectivas son magníficas”. El país logra también un superávit presupuestario y ha mejorado claramente su estructura de deuda. “No me extrañaría que las agencias de rating concedieran a Perú dentro de algunos meses el Investment Grade”, dice Mewes.
América latina se beneficia además actualmente de una gran demanda de China. Ese enorme mercado continuará aumentado su importancia para toda la región, pronostica el economista.
A los inversionistas que quieran participar del auge, Mewes recomienda comprar un amplio abanico de acciones, sobre todo de empresas exportadoras y preferiblemente en forma de fondos de acciones gestionados profesionalmente, ya que la compra y venta de acciones en bolsa “es sólo algo para quienes puedan observar y analizar detalladamente el desarrollo de los mercados locales, bastante volátiles”.
Desconfianza para con bonos argentinos
Mewes como una interesante opción también la compra de bonos, si bien los inversores deben ser conscientes de que “los riesgos son naturalmente mayores que en el caso, por ejemplo, de bonos alemanes”.
Sin embargo, el economista desaconseja la compra de bonos argentinos. “No hay que dejarse deslumbrar por el fuerte crecimiento en Argentina, porque está inflado por grandes gastos del Estado y no es sostenible a largo plazo”, agrega.
Tampoco Venezuela ni Bolivia están en la lista de los candidatos preferidos del experto. “Es lamentable que Venezuela arroje una sombra sobre toda la región. Ello resiente la imagen de toda América Latina, lo cual no se justifica”. No obstante, el economista está seguro de que los países económicamente fuertes de la región podrán superar relativamente rápido las actuales dificultades.