América Latina, un reto para la ONU

Luego de 22 rondas de votaciones, en un proceso que parece encontrarse estancado, aún queda por definirse qué país de América Latina ocupará el asiento que dejó libre Argentina como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. A estas alturas, y tras haber presenciado las primeras dos jornadas de este largo ritual, comienzan a surgir las preguntas sobre si es conveniente y efectivo el mecanismo mediante el cual la ONU aborda tales votaciones. Sobre éste y otros temas, DW WORLD habló con Annette von Schönfeld, quien tiene a su cargo la oficina de Asuntos Latinoamericanos de la Fundación Heinrich Böll.

DW WORLD: Han pasado ya muchas rondas de votaciones, y no parece haber acuerdo sobre cuál de los dos candidatos latinoamericanos ingresará al Consejo de Seguridad. ¿Funciona el sistema mediante el cual al ONU toma este tipo de decisiones?

Annette von Schönfeld: Parecer que no. De hecho, da la impresión de que las delegaciones latinoamericanas buscan ya candidatos alternos. Los dos actuales no son muy buenos, debido a que presentan posiciones totalmente antagónicas y con ello se dificulta el consenso. Es claro que Guatemala no es bien visto por unos, pues se considera que está sirviendo como un instrumento de Estados Unidos para neutralizar a Hugo Chávez. En cuanto a éste, sus posiciones son bien conocidas.

DW WORLD: ¿Qué tipo de opción representa Chávez?

Von Schönfeld: El presidente venezolano tiene intereses específicos que pretende impulsar en el Consejo de Seguridad, como lo es la consolidación del bloque en el que también figuran Evo Morales o Fidel Castro. Pero, insisto, parte del problema en este contexto es el candidato al que se enfrenta. Uno no puede dejar de preguntarse cómo es que Guatemala ha obtenido tantos votos en las rondas que se han producido hasta el momento.

DW WORLD: Chávez ha dicho que pretende reformar tanto al Consejo de Seguridad como a la ONU misma. ¿Lo podría hacer, si es que su país resultara miembro del Consejo?

Von Schönfeld: Chávez no puede por sí mismo reformar a las Naciones Unidas. Lo que sí puede hacer es consolidar el bloque al cual me he referido, y a partir de él buscar cambios de fondo en la ONU. De llegar al Consejo, lo haría como producto de una votación dividida. Por tanto, no creo que pudiera lograr los consensos y mayorías que, como hemos visto, son necesarias para sacar adelante cualquier iniciativa importante.

DW WORLD: Los otros cuatro nuevos miembros no permanentes del Consejo de Seguridad fueron electos sin problemas. ¿Por qué se prolongan tanto las votaciones sobre los países latinoamericanos?

Von Schönfeld: No veo esto necesariamente como un problema. Me parece estimulante el hecho de que haya tanta competencia. Como antes mencionaba, esto sucede cuando se presentan dos opciones tan antagónicas como las de Venezuela y Guatemala.

DW WORLD: En ese sentido, ¿lo que sucede en la ONU reproduce otros fenómenos locales? En los procesos para elegir presidentes en México y Ecuador, lo que hemos visto es la confrontación velada entre candidatos pro-estadounidenses y anti-estadounidenses.

Von Schönfeld: No conozco bien el caso de Ecuador, pero no me parece que Felipe Calderón, el presidente electo de México, represente un extremo tan claro. Es cierto que es un pragmático, un conservador, y podría decirse incluso que neoliberal, pero no creo que se le deba reducir al esquema pro-estadounidense. Tiene un perfil propio.

DW WORLD: ¿En qué sentido?

Von Schönfeld: La posición de México lo obliga a tener una relación muy específica con Estados Unidos. Asuntos como la construcción de un muro en la frontera entre ambos países obligan a México a tomar posiciones claras.

DW WORLD: ¿La reacción de Calderón fue perceptible, desde el punto de vista europeo?

Von Schönfeld: Yo creo que sí.

DW WORLD: Finalmente, y en otro tema, este martes comienza la visita de la presidenta de Chile a Alemania. ¿Qué puede esperarse de este viaje?

Von Schönfeld: Es un momento importante en las relaciones entre Europa y América Latina. La Unión Europea busca relanzar la relación bilateral, y en este sentido la visita de Bachelet resulta oportuna. En lo personal, me congratulo de que ella haya resultado electa, por varias razones. Una, porque se trata de una mujer. Y luego, porque es una figura que representa una posición de la sociedad chilena frente a la dictadura, y a favor de la democracia. La elección de Bachelet confirma que las estructuras democráticas de Chile funcionan correctamente, e incluso las recientes manifestaciones estudiantiles son reflejo de que las fuerzas sociales se expresan con entera libertad.