Anis Amri: de delincuente a terrorista
25 de diciembre de 2016El joven Anis Amri murió a los 24 años de edad, abatido por policías italianos. Ya en su adolescencia en Túnez, su patria, había sido arrestado varias veces e incluso fue condenado a 5 años de prisión. Sin embargo, huyó a Italia antes de cumplir su condena. Allí habría cometido varios delitos de hurto y agresión agravada. Tras haber intentado incendiar su escuela, fue condenado a cuatro años de cárcel.
Se pueden constatar varias similitudes entre su biografía y la de otros yihadistas: tanto los agresores de París, que en noviembre de 2015 mataron a 130 personas, como el conductor del camión que arrolló a 80 personas en Niza en julio pasado o los terroristas de Bruselas, que causaron la muerte de 31 personas en marzo de este año, habían tenido un largo historial criminal y estaban en la mira de la Policía.
Delincuentes e islamistas provienen del mismo entorno
Para un estudio del King's College en Londres, se analizaron las biografías de 79 islamistas europeos, que habían sido delincuentes antes de radicalizarse. La investigación llega a la conclusión de que tanto criminales como terroristas reclutan a personas en el mismo entorno y se mueven en los mismos círculos sociales. Esto contradice teorías más antiguas, según las que los terroristas islamistas son reclutados sobre todo en la clase media y alta: de acuerdo con un estudio de la CIA, por ejemplo, casi un 40 por ciento de los miembros de Al Qaeda poseen un título universitario.
Yihadismo como remisión
Pero, ¿qué atrae a los delincuentes del islamismo? En el caso de diez islamistas radicalizados del estudio, jugó un papel importante la profesión de la religión supuestamente "correcta" y, como consecuencia, la esperanza de recibir perdón. Generalmente una crisis personal cambia el punto de vista de estos hombres: los criminales se dan cuenta de que han obrado mal en la vida y cometido muchos pecados.
De ahí que el radicalismo sea para ellos una especie de reparación; formas más moderadas y pacíficas de profesar la religión, en cambio, carecen de atractivo. "El yihadismo no solo les ayuda a pedir perdón para borrar su pasado criminal, sino que también satisface sus deseos", señala el estudio. Al igual que bandas criminales, los grupos islamistas ofrecen un sentimiento de poder, violencia, aventura, así como rebelión contra la sociedad.
Radicalización en la cárcel
También la estancia tras rejas juega un papel determinante para muchos islamistas. Según el estudio londinense, el 57 por ciento de los yihadistas ya había cumplido por lo menos una condena de entre un mes a diez años. En muchos casos las consecuencias fueron fatales: casi un tercio de los detenidos se radicalizó en la cárcel.
Tras rejas, los potenciales islamistas no solo conocen a yihadistsa que buscan ideologizarlos. También los problemas de los presos para reintegrarse en la sociedad después de su condena contribuyen a su radicalización.