Annegret Kramp-Karrenbauer: el nuevo rostro de la CDU
7 de diciembre de 2018La historia de la nueva presidenta de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), Annagret Kramp-Karrenbauer, es una confirmación de lo importante que es, en la política, estar en el lugar correcto, en el momento correcto. Hace dos años, AKK, como se la conoce en Alemania, era todavía la ministra del pequeño estado federado del Sarre, en el sudoeste del país, y luchaba por su reelección. Ahora, 24 meses después reemplaza a su mentora, Angela Merkel, al frente del partido político más grande de Alemania.
En el congreso del partido realizado este viernes en Hamburgo, Kramp-Karrenbauer, se definió como la candidata de la unidad y la continuidad. "No hay una unión conservadora o liberal", dijo. "Hay una sola CDU".
La estrella de Kramp-Karrenbauer comenzó a ascender en marzo de 2017, cuando logró para la CDU una victoria sorprendente y fácil en las elecciones estatales, con el 40.7 por ciento de los votos. En ese momento, el candidato a la cancillería, el socialdemócrata Martin Schulz, encabezaba las encuestas de opinión. Fue AKK quien se convirtió en el primer obstáculo en el camino de Schulz. Casi de la noche a la mañana, Kramp-Karrenbauer se encumbró a la liga de la política nacional, un brinco que pocos líderes regionales suelen lograr.
Un cuento que comienza en Sarre
Kramp-Karrenbauer, de 56 años, nació en el pequeño poblado de Völklingen y creció en el igual de diminuto Püttlingen, en el suroeste alemán. Su padre era maestro de escuela; su madre, ama de casa. Como la mayoría de las personas de esta región, AKK es católica. Es madre de tres hijos.
Se unió a la CDU en 1981, y fue abriéndose camino desde la organización juvenil y las filas locales del partido. En mayo de 2011, era ya líder de la división de la CDU en el Sarre, la primera mujer en ocupar ese puesto, elegida, además, con el 97 por ciento de los votos.
De 2001 a 2004, Kramp-Karrenbauer fue la primera ministra regional del Interior de Alemania, lo que hace suponer que pondrá mayor énfasis en la ley y el orden que Angela Merkel.
En 2011, Kramp-Karrenbauer se convirtió en primera ministra del estado del Sarre después de forjar una coalición con los Verdes y liberales de centro-derecha del FDP. Solo un año después impulsó la disolución del Parlamento regional del Sarre y nuevas elecciones, que desembocaron en una nueva "gran coalición” de gobierno con la competencia nominal de la CDU, los socialdemócratas.
Después de ser reelegida en 2017, Kramp-Karrenbauer negó cualquier ambición de ascender al nivel nacional y dijo estar satisfecha con servir en el Sarre. Pero su nombre circulaba ya como posible sucesora de Merkel. La CDU nacional sucumbía en las encuestas de opinión y había una urgencia de "sangre fresca”.
Menos de un año después de ganar otro período como primera ministra del Sarre, Kramp-Karrenbauer recibió la oferta de Merkel de convertirse en la secretaria general de la CDU. AKK aceptó y fue confirmada en el puesto en febrero pasado. Pronto subiría el siguiente peldaño de la escalera.
Una conservadora moderada
Del trío que buscaba liderar la CDU, Kramp-Karrenbauer es considerada como la más cercana y muy parecida a Merkel. Las dos mujeres han colaborado estrechamente, y el estilo discreto de AKK recuerda al de su mentora. Al igual que Merkel, también ha encabezado grandes coaliciones. Pero a diferencia de Merkel, Kramp-Karrenbauer tiene una postura más conservadora, sobre todo en el tema de la migración.
"No es el problema número uno, pero es un problema, y no tiene sentido no hablar de él", dijo Kramp-Karrenbauer a la prensa hace unas semanas. "Si creen que la discusión debe ser sobre si se puede revertir lo que sucedió en 2015, tenemos que ser honestos y constatar: lo que sucedió en 2015 es realidad, es un hecho. El segundo punto que tenemos que dejar muy claro, que ya desde 2015 empezamos a trabajar para asegurarnos de que no vuelva a suceder".
Está por verse si logra satisfacer a aquellos miembros del partido que demandan a un líder más conservador. Actualmente la CDU alcanza en las encuestas de opinión solo un 30 por ciento del apoyo del electorado. La CDU tiene la esperanza de que Kramp-Karrenbauer los encumbre y vuelvan a conquistar niveles como los alcanzados en el Sarre en marzo de 2017.
Kramp-Karrenbauer sabe que, a pesar de sus buenas relaciones con Merkel, tiene todavía que ganarse los corazones de la CDU. "Este es el final de una era con la que asocio muchas relaciones y experiencias personales", dijo en uno de sus discursos de campaña para encabezar la CDU. "Pero esa era ha terminado, y no puede ni continuar ni revertirse. La pregunta decisiva es qué hacer con lo que se ha heredado para convertirlo en algo nuevo y mejor".
(CHP/CP)
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