Protestas anticuarentena en Berlín
20 de abril de 2020Protestan "porque nuestros derechos fundamentales están siendo restringidos", coinciden los manifestantes que se reunieron el pasado sábado (18.04.2020), con buen tiempo, frente al teatro Volksbühne, en la plaza Rosa-Luxemburg-Platz, de Berlín. Lo repiten innumerables veces frente a todas las cámaras. Se trata, sobre todo, de cámaras de los aquí llamados "medios alternativos", antisistema: KenFM, EpochTimes o Russia Today en alemán.
Editadas, junto a imágenes en vivo de dos arrestos durante la manifestación no autorizada, se supone que estas declaraciones muestren cuán grave es la situación en la Alemania "sin derechos fundamentales" de 2020. Un participante ve en peligro sus "derechos fundamentales, ganados desde hace miles de años". Hay manifestantes antisistema de todos los colores políticos, unidos pese, o justamente ¡por el coronavirus!
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Oficialmente, esta manifestación, prevista para realizarse semanalmente, sigue el lema de "Manifestación de Higiene". Sus organizadores se presentan como el "Centro de Comunicación para la Resistencia Democrática". Según sus declaraciones, "higiene" debería referirse menos a la salud física que a la "Constitución, los derechos fundamentales y el diseño transparente de las nuevas normas económicas por parte de las propias personas".
Los manifestantes deben llegar provistos de "una distancia de 2 metros, mascarilla protectora, Constitución y el periódico RESISTENCIA DEMOCRÁTICA", que aseguran que ya circula en 100.000 ejemplares.
Obviamente, en las grabaciones de video de la manifestación, no se observa ni dos metros de distanciamiento entre los participantes, ni una máscara facial o ese periódico, cuya portada anuncia que "¡Somos la oposición!". La Ley Fundamental se esgrime alegremente contra los aproximadamente 250 agentes de policía que allí se dan cita. Al igual que el conocido lema: "Wir sind das Volk" o "Somos el pueblo", que usaran los manifestantes pacíficos que derrocaron hace décadas al régimen comunista de la RDA, en Alemania oriental.
Los manifestantes citan también con fervor una decisión del Tribunal Constitucional, según la cual, las medidas contra la propagación del coronavirus no incluyen una prohibición general de manifestarse. Así que se puede protestar. La portavoz de la Policía de Berlín, que se apresuró a presentarse en el acto, está de acuerdo. Sin embargo, esto solo se aplica a las manifestaciones registradas: la "manifestación de higiene", sin embargo, se abstuvo de registrarse, tanto como de adherirse a las normas sobre distanciamiento social y uso de mascarillas de protección respiratoria.
Anticapitalistas y trumpistas en el mismo barco
El espectro de los manifestantes no es menos contradictorio. Aquí, críticos del capitalismo se dan la mano con antivacunas, teóricos de la conspiración y trumpistas. Todos están contra el "coronavirus" y las reglas de distanciamiento social, y rechazan al Estado que las creó. Hasta ahí, las similitudes. No todos comparten el trasfondo obviamente anticapitalista de los organizadores.
Un participante agita una bandera estadounidense que dice: "TRUMP". Otros, sostienen carteles hechos a mano que denuncian un supuesto "terrorismo de vacunas" o muestran eslóganes contra Bill Gates. También se divisan partidarios del movimiento QAnon. Esta confusa asociación de partidarios del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, difunde información supuestamente secreta sobre los presuntos planes conspirativos de reconocidos políticos o figuras liberales como Barack Obama, Hillary Clinton, George Soros o Bill Gates.
En realidad, como muestra esta "manifestación de higiene", no les preocupa el coronavirus. Más bien, se trata del "sistema", las conspiraciones secretas y una lucha apocalíptica final de lo bueno, lo despierto y lo iluminado, contra el mal, el sistema, el capitalismo, los principales medios de comunicación y "aquellos de allá arriba". Una manifestación organizada por anticapitalistas, cuyos videos son celebrados en línea con "me gusta" de antirefugiados y partidarios de Trump. ¡Una combinación realmente bizarra!
Sinsentido mundial
Con esta "manifestación de higiene", Berlín y Alemania no están solos a nivel internacional. Estados Unidos también tuvo una ola de manifestaciones contra restricciones por coronavirus el pasado fin de semana. También allí, ciudadanos sinceramente frustrados se mezclan con teóricos de la conspiración armados y seguidores de Trump, que consideran al coronavirus como una conspiración política de Obama, Soros o Bill Gates; un arma biológica china o una simple gripe. También allí, se alza en brazos la Constitución de los Estados Unidos y se pinta el fantasma de una dictadura en el aire.
Especialmente la noticia de que el virus se desarrolló en un laboratorio chino en Wuhan y comenzó a partir de allí se está extendiendo cada vez más rápidamente por todo el mundo. Los informes de diplomáticos estadounidenses sobre la falta de seguridad en el laboratorio en cuestión, así como una investigación oficial a gran escala por parte de los servicios secretos estadounidenses, sirven de supuesto sustento. Hasta ahora, sin embargo, no hay evidencia real y verificable para apoyar la suposición.
En cambio, esta teoría de la conspiración copia la afirmación hecha por la KGB soviética en la década de 1980, de que el SIDA era un arma biológica producida artificialmente en un laboratorio militar estadounidense. También entonces, aunque la "evidencia" presentada fue una farsa iniciada por la KGB, la teoría de la conspiración conquistó al planeta.
La "teoría 5G" no es menos absurda: especialmente en Gran Bretaña, más de 60 mástiles de radio han sido atacados y dañados desde el comienzo de la crisis del coronavirus. ¿Por qué? Pues porque supuestamente no habría virus, sino síntomas causados por el nuevo estándar de radio móvil 5G. En abril, tales ataques también ocurrieron en Irlanda, Chipre y Países Bajos, según informes de prensa.
Conspiraciones secretas, encubrimientos, intereses económicos y un sistema hostil: estos son los ingredientes básicos de las teorías de la conspiración en torno al coronavirus, que impulsan a los insatisfechos en las barricadas. Una mirada rápida es suficiente no solo para reconocer las contradicciones en las declaraciones y demandas, sino también para ver claramente: no se trata de coronavirus ni derechos fundamentales, sino de la destrucción del sistema politico y socioeconómico tal como lo conocemos. En Berlín, este sábado, este objetivo halló menos de 500 simpatizantes. (RML/VT)
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