La Reserva Federal cumple 100 años
23 de diciembre de 2013
La sede del guardián del dólar, situada no lejos de la Casa Blanca y el Ministerio de Hacienda estadounidense, irradia poder. Allí se dicta la política monetaria, desde hace ya 100 años.
La Reserva Nacional se creó entre gallos y medianoche. Tras una de las peores crisis financieras de Estados Unidos, la de 1907, un grupo de poderosos banqueros ideó una ley que más tarde se hizo efectiva, el 23 de diciembre de 1913, bajo el gobierno del presidente Woodrow Wilson, en medio de protestas de sus detractores, que lo acusaban de haber pactado con los banqueros JP Morgan y John D. Rockefeller.
Tiempo después, Wilson anotó en su diario: “Arruiné a mi país con insensatez. Una gran nación industrial es controlada por su sistema financiero… todas nuestras actividades están en manos de un par de hombres”.
La ley de la Reserva Federal había puesto efectivamente el control del dólar en manos de banqueros privados. La idea era que, en el peor de los casos, la FED fuera la última instancia crediticia que saltara a la brecha para rescatar al sistema financiero. Además, debía tener independencia de la política.
La FED y las crisis
“El objetivo original de este gran experimento que fue la fundación de la FED era salvaguardar la estabilidad del dólar”, señaló el director saliente, Ben Bernanke. El dólar, respaldado por una equivalencia determinada al oro, se convirtió en la moneda de reserva a nivel global.
En el curso de los años, la FED tuvo que enfrentar numerosos desafíos de marca mayor. Bernanke enumeró los principales: "La gran depresión de la década de 1930, la gran inflación de los años 70 (…) y la gran recesión que siguió a la gran crisis financiera de 2008".
Pero los críticos del Banco Central estadounidense le reprochan haber contribuido precisamente a estas crisis con decisiones erradas y haberse metido en asuntos que no le incumbían, como la política. Por ejemplo, al exjefe de la reserva federal Alan Greenspan se le reprocha no solo haber pasado por alto la última burbuja inmobiliaria, sino haberla fomentado incluso con su política monetaria.
“El pánico de 2007 y la subsecuente crisis financiera condujeron, debido al poder de la FED, a una política de dinero barato”, dice James Dorn, del Cato Institute, de Washington. A su juicio, el banco emisor rebasó hace tiempo el margen de maniobra que se le había asignado originalmente.
Doble tarea
En realidad, la FED tiene ahora una doble tarea: no solo debe velar por la estabilidad de los precios, sino también impulsar el pleno empleo. Y se propone mantener su actual política monetaria del dinero barato, con intereses prácticamente nulos, por lo menos hasta que la tasa de desempleo haya bajado drásticamente en Estados Unidos. Pero lo que más se le critica es que desde el estallido de la crisis venga comprando mensualmente bonos estatales de largo plazo y papeles inmobiliarios. A partir de enero, estas compras han de reducirse. Pero, según los detractores, eso no cambia el hecho de que la FED se esté metiendo en terrenos de política fiscal que no le competen.
También el director del Cato Institut piensa que la Reserva Federal hace subir las acciones a nivel mundial con su marea de dinero, conduciendo a la economía hacia una nueva burbuja. Como él, numerosos políticos –sobre todo del bando de derecha– quisieran que la FED se suprimiera. O por lo menos que su campo de acción se limitara solo a combatir la inflación.