El escándalo ecológico de Apple
24 de julio de 2012Kyle Wiens vive y trabaja en California. Su profesión: desguazar computadoras, smartphones y otros productos similares. En todo el mundo se conocen las instrucciones para reparar los aparatos que él ha formulado. Siempre que llega un producto interesante al mercado, lo primero que hace Wiens es desarmarlo. Sus resultados los publica en iFixit, “yo lo reparo”.
También el MacBook Pro, el nuevo de Apple, ha corrido esa suerte y pasado por los destornilladores del equipo de Wiens. “Tan pronto lo abrimos detectamos que había problemas: Apple ha pegado la batería a la caja del ordenador. No se puede separar”, explica. En caso de que la batería se dañase –y eso sucede con frecuencia- no habría manera de cambiarla, sin que intervenga el servicio de Apple. Pero hay personas a las que no les gusta dejar su ordenador y todos sus datos en manos extrañas.
Reciclar
Por si fuera poco, los materiales utilizados en el último modelo dificultan aún más su reciclaje. Pero esto no es algo verdaderamente nuevo, informa a DW un especialista en el ramo. La mayoría de los aparatos de esa empresa están tan sellados que separar sus piezas se logra solo con mucho esfuerzo. A veces, informa, hay que romperlos y esto cuesta mucho tiempo y energía. El especialista ve con escepticismo también el que Apple haya optado por pegar las baterías, no solo en los laptops. Separar las piezas cuesta, entonces, mucho esfuerzo.
Apple afirma que el MacBook Pro con pantalla Retina es el mejor ordenador del mercado. Por su parte, Wiens opina que es el laptop más difícil de reparar del mundo. Que sean cada vez más delgados, cada vez más compactos los hace cada vez más nocivos para el medio ambiente, opina Wiens. Y es que un computador que no puede ser reparado acaba rápidamente en la basura, algo que no precisamente habla de sus bondades medioambientales.
Sin sello ecológico
Poco después de la llegada al mercado del último modelo, Apple anunció que sus productos no se someterían más al análisis del EPEAT, el sello ecológico de Estados Unidos. Acerca del porqué, la empresa no quiso dar detalles a DW. En todo caso, para EPEAT es muy importante que los productos puedan ser reciclados.
Consumidores en todo el mundo protestan por esta decisión de Apple; la ciudad de San Francisco, por ejemplo, ha anunciado que ya no comprará más productos Apple que no lleven el sello EPEAT. Cabe resaltar que en la mayoría de las entidades públicas de Estados Unidos, un determinado porcentaje de aparatos electrónicos deben cumplir con estándares ecológicos.
Reconoce error
Apple no tardó en reconocer, en una carta abierta, que había cometido un error; subraya, con todo, que el grupo sigue siendo la empresa de aparatos electrónicos más ecologista y avanzada del mundo.
Según Christian Wölbert, especialista en informática “verde”, es verdad que en muchos puntos, Apple va a la cabeza en cuanto a la sostenibilidad. Sin embargo, “el tema de la informática “verde” es muy complejo. Es casi imposible recapitular y detectar con exactitud de dónde provienen sus componentes y de dónde las materias primas”, afirma. El que no se sepa en qué condiciones han sido extraídas las materias primas y tampoco cómo fueron elaboradas las diversas piezas, hace muy difícil certificar que una empresa es realmente “verde”.
Tendencia general
No obstante, si un producto es fácil de reciclar o no sí se puede saber a ciencia cierta. Y en este punto, Apple no es líder del ramo. Kyle Wiens afirma que encolar las piezas es la nueva tendencia general de la empresa, aunque no suceda con todos sus productos. En todo caso, el nuevo iPad3 viene con sus piezas pegadas y el nuevo iPhone tiene tornillos que no se pueden sacar sino con una herramienta especial. Así las cosas, Kyle Wiens cifra sus esperanzas en el consumidor, que no comprando ese tipo de productos, es el único que podría obligar a Apple a replantearse el diseño de sus aparatos.
Autora: Greta Hamann/mb
Editor: Enrique López