Leila Guerriero es normalmente una escritora que viaja para investigar, para escribir, para estar en ferias. Pero el confinamiento la ha obligado a quedarse en su casa. Como a todos. Y eso la ha llevado a pensar que ni la sociedad ni los gobiernos están listos para ello. "Habitar el sin sentido no es fácil, nunca lo ha sido, vivir en tiempo presente tampoco, y sin embargo yo lo que siento a veces es que desde la política se habla a la ciudadanía como pretendiendo que haya hecho un curso rápido de Budismo Zen", comenta Leila. El presente no es fácil. Se tienen que seguir reglas para existir, para sobrevivir, y al mismo tiempo solo se vive para eso. La escritora argentina dice que esto hace que uno pierda la concentración y deje de pensar en otras cosas, como el futuro. Pero esto genera justamente una distorsión social que la motiva a buscar historias. "Me gusta cazar en esas escenas una cierta deformidad, ver el comportamiento de la gente, ver lo que hacemos lo que no hacemos, las miserias las maravillas todo eso”.