El empresario colombiano Cristian Amaya les aligera el trabajo a los pintores: recientemente lanzó al mercado un robot que pinta. En él, los pintores pueden delegar el trabajo más tedioso de pasar el pincel por superficies extensas. Quien pinta se expondrá menos al contacto directo y a aspirar el olor a pintura, aparte de evitar posturas que causan cansancio o dolores musculares. Cristian Amaya irá ampliando las capacidades del brazo robótico que patentó, para que desempeñe más funciones que respondan a las necesidades de los trabajadores, como lijar y pintar los suelos. En el taller y laboratorio donde nació este robot ligero y fácil de transportar, sorprende ver tan pocas herramientas. Unos taladros y una impresora 3 D. "Armar un robot es fácil”, asegura el cofundador de ConBotics. Sin embargo, esta es la fase final de un proceso de creación que nació con un sueño, cuando con su hermano llegó de Colombia a Alemania para estudiar. "Hay que tener constancia y creer en los sueños”.