Aranceles: la UE, entre las represalias y la sensatez
1 de junio de 2018La Comisión Europea (CE) está furiosa, y está preparada para contraatacar. Para el presidente de la CE, Jean-Claude Juncker, los aranceles impuestos por Estados Unidos son "pura y simplemente proteccionismo”. EE. UU. "no deja otra alternativa” a la Unión Europea que presentar una demanda ante la Organización Mundial del Comercio (OMC), dijo Juncker. El proceso de demanda se iniciará de inmediato, pero el veredicto puede demorar meses, y Trump ya amenazó con retirar a EE. UU. de la OMC si esta fallase a favor de la UE.
La UE planeó además introducir como represalia aranceles aduaneros a productos estadounidenses como barcos, whiskey Bourbon, mantequilla de maní, motocicletas Harley-Davidson y pantalones vaqueros Levi's, por un valor de 2.800 millones de euros. Esa suma es mucho menor que la de las exportaciones europeas de acero y aluminio a EE. UU., por un valor de 6.400 millones de euros, que ahora están afectadas por los aranceles de Trump. Los contraaranceles de la UE entrarían en vigor no antes del 20 de junio de 2018. Y tampoco está claro aún si se aplicarán, y de aplicarse, a cuánto ascenderán, ya que los Estados miembros todavía tienen que definir una postura común al respecto.
"Los aranceles de EE. UU. afectan de manera diferente a cada país de la UE”, dijo Gerhard Handke, director general de la Asociación Alemana de Comercio Exterior (BGA), a Reuters-TV. Hay países que no participan del comercio con EE. UU. y por eso no se ven afectados por los aranceles, explicó. Alemania es el más afectado en lo que respecta al metal. En lugar de medidas de represalia, Handke propone negociar con EE. UU. De otro modo, además de perjuicios económicos, las empresas se verían en peligro por "los efectos psicológicos que esas medidas tendrían sobre el mercado”.
Más claro aún lo formuló Christian Vietmeyer, presidente de la Asociación alemana de Empresas del Metal (WSM) y representante del sector más afectado: "Las reacciones de la UE que lleven a una escalada de la situación y a más barreras comerciales podrían provocar daños más grandes aún. La UE debe mantener la calma”, aconseja Vietmeyer. También el grupo Volkswagen alertó sobre una avalancha de medidas y contramedidas en la que solo habría perdedores. Trump también había amenazado con aumentar los aranceles para la industria automotriz, con lo cual, de ser aplicados, Alemania resultaría ser el país más golpeado.
"Trump trata de extorsionarnos”, dijo el socialdemócrata Bernd Lange, presidente de la Comisión de Comercio del Parlamento Europeo, a la emisora alemana RBB. "Y por eso tenemos que tomar contramedidas, pero de tal forma que no impulsemos una escalada.” La UE no debería decretar aranceles por la misma suma que los de EE. UU., sino mantenerse por debajo de estos, aconseja Lange.
El ministro alemán de Economía, Peter Altmaier, de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), dijo, por su parte, a la cadena alemana ARD que tiene esperanzas de que "EE. UU. entre en un proceso de reflexión”, también porque, debido a los aranceles a productos europeos, muchos productos en EE. UU. se encarecerían. Altmaier subrayó que no hay que dejarse asustar por la amenaza contra la industria alemana del automóvil. Y dijo que los europeos deberían actuar en conjunto con otros países afectados, como México y Canadá, que ya anunciaron contramedidas.
Pero no todos ven el asunto con tanta tranquilidad, ni ven al conflicto comercial como una cuestión puramente económica. El presidente de Francia, Emmanuel Macron, estableció paralelos históricos al advertir que "el nacionalismo económico conduce a la guerra. Eso es exactamente lo que sucedió en los años 30. Gabriel Felbermayer, del Instituto Ifo, de Múnich, cree en la amenaza de una "guerra fría comercial con EE. UU.”. Sin embargo, la Alta Representante de Asuntos Exteriores de la Unión Europea, Federica Mogherini, piensa que, si bien debe defender sus intereses, "la UE no está en guerra con nadie”.
Autor: Christoph Hasselbach (CP/ERS)