Argentina se va a segunda vuelta
28 de abril de 2003El ex presidente Carlos Menem obtuvo la mayoría de los votos (24,34%), seguido por Néstor Kirchner (21,99%). Fuera de la carrera presidencial quedaron claramente Ricardo López Murphy (16,35%), Elisa Carrió (14,15%) y Adolfo Rodríguez Saá (14,12%). Las elecciones del domingo se celebraron luego de uno de los años más difíciles desde el regreso de la democracia a finales de los años 80. El ganador de las elecciones deberá sacar adelante a un país hundido por dos años de crisis económica y política.
Al igual que Menem, Néstor Kirchner milita en el Partido Justicialista, los peronistas, al que también pertenece el actual presidente Eduardo Duhalde, al igual que otro de los candidatos, Adolfo Rodríguez Saá. El justicialismo pudo presentar tres candidatos ante la imposibilidad de lograr un acuerdo interno que permitiera organizar elecciones primarias para definir un candidato único.
¿Mercados en alerta?
Según el Dresdner Bank Lateinamerika (DBLA) de Hamburgo, los mercados podrían mostrar su decepción ante la ausencia de López Murphy en la segunda vuelta, el candidato preferido por los mercados financieros. Al mismo tiempo el DBLA refleja el alivio que sentirían los inversores ante la eliminación de la candidata Elisa Carrió, considerada de izquierda, así como de Rodríguez Saá, cuya tendencia al populismo inquietaba de igual manera a los mercados.
Ahora, los expertos del DBLA señalan que Menem sería "la opción preferida de los mercados", aunque tampoco una victoria de Kirchner "sería una catástrofe". No obstante, los inversores prevén que la poítica de Néstor Kirchner sería más intervencionista. Ahora cabe esperar, qué alianzas se producen en las semanas previas a la segunda vuelta y en favor de quién se decantan los votantes de los perdedores de la primera vuelta.
El regreso de Ménem
Carlos Ménem encabezó el país entre 1989-1999, y representa los años del auge económico argentino y la estabilidad financiera, aunque también los años de privatizaciones y maniobras políticas que le siguen suponiendo sospechas de corrupción y malversación, tanto en beneficio personal como en su entorno de poder.
Desde afuera, muchos observadores no se explican el grado de popularidad del cual aun goza Ménem. Pero como explica en DW-World Heinrich Sassenfeld, representante en Argentina de la fundación Friedrich Ebert, "el electorado argentino mira en retrospectiva y asocia a Ménem con estabilidad e ingresos altos, aunque estos fueron artificiales".
Kirchner como alternativa
Desde 1991 que Néstor Kirchner gobierna la provincia de Santa Cruz, en la Patagonia argentina. Abogado de 53 años, casado y con dos hijos, exhibe con orgullo la tasa de desempleo ás baja del país (3,5%). Al mismo tiempo se trata de una provincia petrolera y con menos de 200.000 habitantes, señalan sus adversarios.
Kirchner goza del respaldado del todavía Presidente Eduardo Duhalde, y se presenta como el justo heredero de un gobierno que se atribuye la estabilización del país luego de la crisis que provocó la salida del Presidente Fernando de la Rúa, y que hundió al país en turbulencias políticas, económicas y sociales a finales del 2001.
Hay quienes dudan que Kirchner realmente represente una alternativa a la "regresión" de votar a Carlos Menem. Después de todo, habría apoyado decisivamente las políticas de privatización de Menem, favoreciendo la venta de activos públicos como los petroleros en su propia provincia.
Poco margen de maniobra
Independientemente de quien asuma el poder a finales de mayo, el margen de maniobra para el vencedor será muy restringido. Por un lado, se tiene que renegociar el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, que caduca en agosto de este año. Asimismo Argentina enfrenta una situación interna sumamente delicada, con un desempleo del 22%, y sin capacidad de aumentar el gasto público.
Argentina sigue siendo un exportador tradicional de productos agropecuarios, como soya, trigo y carne. Pero son mercados no sólo poco dinámicos, sino también altamente protegidos por las economías europeas y estadounidense, de modo que Heinrich Sassenfeld no considera "que hay un actor claro para comenzar con la recuperación de Argentina".
Pero mientras que la población no parece resignada y habría adoptado una opinión más positiva sobre las instituciones y los políticos, pocos creen que se logren avances sustanciales en plazos concretos. La incertidumbre económica se traduce en escepticismo.