Argentina y el fantasma de la conmoción social

La efervescencia social se acentúa. El conflicto social se ha volcado a las calles argentinas, que en febrero fueron escenario de 518 piquetes o protestas, generalmente con cortes de tránsito, según el último informe de la consultora Diagnóstico Político. Cuesta avanzar en Argentina. También en cuanto a la recuperación económica. Los índices de inflación ahora no se ponen en duda. Pero dan cuenta lapidariamente de más de un 40 por ciento de alza del costo de la vida el año pasado, que se traduce en una pérdida de ingresos reales para una población que ha sufrido los embates del ajuste sin saborear aún sus frutos.

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Los argentinos recuerdan "el fantasma de los gobiernos que no terminan sus mandatos y de presidentes que renuncian en medio de conmoción social. Supongo que ese temor existe cuando la protesta comienza a ocupar la calle”, dice Mariana Llanos, politóloga del instituto GIGA, con sede en Hamburgo.

Un alivio para Macri

Quizá por eso, ante la huelga general convocada por la Confederación General del Trabajo (CGT) para este jueves (06.04), numerosos argentinos salieron también  la calle el fin de semana, esta vez para respaldar al gobierno. "Me parece que la movilización del sábado le ha permitido al gobierno recuperar ofensiva para posicionarse mejor ante las presiones”, apunta la politóloga. Heinz Mewes, quien fuera economista jefe del Dresdner Bank Lateinamerika y en 2006 fundó LatAmConsult, cree que "la población ha comprendido que el gobierno va por el buen camino, que las medidas son necesarias y que a largo plazo surtirán efecto”.

Esa "Marcha por la democracia”, organizada a través de las redes sociales, supuso de todos modos un respiro para el presidente Mauricio Macri, que ha ido perdiendo puntos en las encuestas. Por primera vez, quienes tienen de él una imagen negativa (44,2%) superan a los que lo ven positivamente (40,2%), según un sondeo de la consultora Management & Fit, dado a conocer a mediados de marzo. Además, el 48,3 % es pesimista en cuanto a la situación económica del país en los próximos meses.

Año electoral

Optimista se muestra en cambio Mewes. "El país está aún en una situación difícil, pero eso no se debe al actual gobierno… Lo que el actual presidente ha puesto en marcha son medidas sensatas, muy necesarias, y ya comienzan a verse lentamente primeros resultados”, indica. Y parte de la base de que ahora lentamente se perfilará un cambio en la coyuntura.

Mewes reconoce que "la situación social sigue siendo mala en Argentina”, lo cual hace comprensibles las movilizaciones sociales. "Naturalmente también hay una motivación política, si se tiene en cuenta que en octubre habrá elecciones parlamentarias (parciales) en Argentina, y este es por lo tanto un momento en que los sindicatos pueden ejercer presión sobre el gobierno, y velar quizás porque se emprendan más programas sociales”, agrega el economista, aunque advierte que no queda mucho margen para ello. "Por tratarse de un año electoral es difícil que no haya alguna motivación política mezclada con reivindicaciones más genuinas por el salario”, coincide Mariana Llanos.

El conflicto docente

El descontento en todo caso es perceptible en múltiples sectores, comenzando por el de los docentes, cuyas huelga se suceden. "En el caso del conflicto docente el gobierno ha respondido con confrontación en vez de ceder en la negociación. Es una  apuesta arriesgada porque hace semanas que los niños no tienen escuela en la provincia”, hace notar la politóloga del GIGA.

Mewes considera que este es uno más de los varios problemas pendientes a los que se ve enfrentado el gobierno. En este sentido, Macri tiene ante sí una "tarea titánica”, acota. Pero lo principal es, a su juicio, el saneamiento de las finanzas públicas, condición básica para reducir la inflación e incrementar el crecimiento. Y, en este punto, el gobierno argentino recibe una buena nota del experto en mercados financieros. "Desde la perspectiva europea, impresiona que en Argentina se hayan aplicado realmente rápido las medidas necesarias. Sobre todo convenció la rapidez con que el gobierno logró controlar el problema de la deuda”, apunta, subrayando que "la confianza en la economía argentina es de todos modos mayor que hace unos meses, y la efervescencia social no la ha enturbiado”.