Asilo en Alemania: ¿sin pasaporte no hay expulsión?
28 de marzo de 2018En 2014, John O. (nombre ficticio) recibió una carta en la que se le comunicaba que su solicitud de asilo había sido rechazada. El hombre, de 41 años, procedía de Nigeria y llevaba ya tres años viviendo en Alemania.
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Las autoridades migratorias quieren ahora expulsar a John O. Pero él dice que, puesto que su pasaporte le fue robado, eso no es posible. Sin documentos de viaje no hay camino de regreso hasta Nigeria. "Se le ha prorrogado por un mes el permiso para quedarse”, dice el jurista Lothar Panzer, que asesora jurídicamente a este hombre en relación con su proceso de solicitud de asilo. "Cada mes tiene que volver a las oficinas para cerciorarse de que se lo vuelven a prorrogar”, explica Panzer en una entrevista con DW.
John O. es uno de los cientos de miles de extranjeros que permanecen en Alemania después de que sus solicitudes de asilo fuesen rechazadas. No son expulsados por diversos motivos: por estar enfermos, por no haber vías seguras de vuelta a su país de origen, por haber allí una guerra o por ser apátridas. También están los casos como el de este nigeriano, en los que la razón es que falta el pasaporte o el documento de identidad.
Los países de origen no colaboran
Según el Ministerio del Interior germano, el año pasado fueron 65.000 las personas que tenían que abandonar Alemania pero se quedaron por la ausencia de estos documentos. Son casi el doble que el año anterior. "El aumento está relacionado con la entrada de un gran número de refugiados en los años 2015 y 2016", dice Ernst Walter, presidente del Sindicato la Policía Federal. Este cuerpo policial, la Bundespolizei, es el responsable de la expulsión de estas personas. "Pero también está conectado con el hecho de que cada vez son más los que intentan ocultar su identidad para no verse expuestos al peligro de una expulsión”, añade Walter, entrevistado por DW. "Y nuestra obligación como autoridad es hacer cumplir la legalidad. Naturalmente no puede ser que alguien tire su pasaporte y oculte su identidad”.
"Por eso es importante", prosigue Walter, "aclarar el origen y la identidad de los solicitantes de asilo rechazados y procurar un pasaporte sustitutorio. La Bundespolizei es especialmente adecuada para este cometido, porque mantiene un contacto permanente con las autoridades policiales de otros países, como Marruecos". No obstante, según un reporte interno del Ministerior del Interior, citado por el grupo de medios Funke, la cooperación con autoridades extranjeras sigue siendo a menudo lenta, refiriéndose a diferentes países, como India, Pakistán o Líbano, entre otros.
Presión de Berlín
El Ministerio del Interior quiere por tanto aumentar la presión sobre los países de origen que menos cooperan, sobre todo porque la falta de documentación es la principal causa para emitir autorizaciones para seguir residiendo en Alemania. Una forma para lograr más colaboración de los países de origen consistiría en "más ayuda al desarrollo si se colabora en la emisión de visados", según dijo el portavoz ministerial, Johannes Dimroth. "Hay que utilizar todas las posibilidadese en la relación bilateral”, argumentó Dimroth. "Al fin y al cabo, los países de origen están obligados a recibir a sus nacionales".
¿Pretende Alemania reducir la ayuda al desarrollo si los países no expiden pasaportes para estas personas? En el Ministerio de Ayuda al Desarrollo esta idea no despierta simpatías. Su enfoque es aportar estímulos positivos. Se destinarán 500 millones de euros anuales a financiar puestos de trabajo y de formación profesional a personas que acepten volver a Irak, Nigeria, Afganistán y otros países. El ministro Gerd Müller, de la CSU, tiene intención de persuadir con esto a entre 20.000 y 30.000 solicitantes de asilo a volver por su propia voluntad a su país, según anunció al diario Augsburger Allgemeine.
El solicitante de asilo debe poner de su parte
Pero no todos los extranjeros que no presentan su pasaporte lo han destruido con mala intención. "A veces son los traficantes de personas quienes les quitan sus documentos de identidad", dice Claus-Ulrich Prölß, director del Consejo de Refugiados de Colonia. Por otro lado, muchos destruyen los documentos en el comienzo mismo de su viaje por miedo a la policía y las fuerzas armadas de sus países, como es el caso, por ejemplo, de Eritrea.
"Claro que se tiene y se debe presentar un pasaporte cuando se tiene, para dejar clara la identidad desde el principio”, subraya Prölß. "El pasaporte solo no basta para expulsar a una persona, hacen falta otros motivos”. Prölß advierte a los solicitantes de asilo sobre dar datos falsos a las autoridades alemanas. Luego puede volverse en su contra, una vez que estén bien integrados y tengan derecho a ayudas financieras del Gobierno.
Si el pasaporte no está, el solicitante de asilo debe ayudar a que esté disponible otro para poder aclarar su identidad. Esta cooperación es obligatoria; de lo contrario la policía puede registrar la vivienda o el teléfono móvil e incluso imponer multas. A John O., le llegó a casa una sanción por no haber colaborado en los trámites. Él puso un recurso y la semana pasada un juzgado de primera instancia sentenció que 700 euros era una cantidad demasiado alta para el nigeriano. Mientras tanto, ya se ha pasado por la embajada nigeriana para solicitar un nuevo pasaporte.
Autor: Peter Hille (EAL/MS)
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