Assange en el ojo del huracán
17 de agosto de 2012Uno de los abogados del activista sugirió en Londres que el Gobierno de Australia podría contribuir a resolver la disputa internacional entre el Reino Unido y Ecuador en torno a Assange. “Es la oportunidad de Australia para abogar por su ciudadano y ver si se puede cuadrar este círculo”, dijo Geoffrey Robertson al canal de televisión ABC. El abogado sugiere que si el Gobierno australiano garantizara protección a su ciudadano tras una comparecencia ante la Justicia sueca, evitando una posible extradición a Estados Unidos, el conflicto estaría resuelto.
Críticas a Australia externó el senador británico Scout Ludlam, portavoz del Partido Verde en la Cámara Alta, quien destacó que el Gobierno ecuatoriano ofreció a Julian Assange la protección que su país no le ha dado. Ludlam señaló que tras el asilo diplomático concedido por Ecuador, el gobierno británico debería retirar a la policía de los alrededores de la embajada ecuatoriana y garantizar el libre paso de Assange en un vehículo diplomático hasta el aeropuerto de Heathrow.
El Gobierno australiano, por su parte, manifestó que no intervendrá en la disputa entre los gobiernos de Ecuador y Reino Unido y rechazó las acusaciones de que no ha atendido a su ciudadano, señalando que ningún australiano ha recibido mayor atención que Assange en un espacio de tiempo similar.
Assange anunció que hará una declaración pública el domingo, aunque muy probablemente no podrá poner pie fuera del recinto diplomático después de que el gobierno británico le negara un salvoconducto para que viaje a Ecuador, y le advirtiera que no podrá dejar Gran Bretaña sin ser arrestado.
Los motivos de Gran Bretaña
La amenaza del Gobierno británico de allanar la embajada ecuatoriana para detener al australiano de 41 años, violando la Convención de Viena, provocó airados comentarios de la prensa europea.
El diario Osnabrücker Zeitung, del norte de Alemania, considera que la decisión de Ecuador de otorgar asilo a Assange es una defensa de los principios del derecho internacional. El rotativo se pregunta sobre los motivos de Gran Bretaña para amenazar con el uso de la fuerza y allanar la embajada ecuatoriana para arrestar al activista.
"Se trata de una reacción desproporcionada que nutre las especulaciones de que Gran Bretaña es el brazo extendido de Estados Unidos, país que quiere vengarse de Assange por haber publicado cientos de miles de cables secretos diplomáticos y militares", afirma el rotativo.
El diario español El País advierte que en su amenaza de suspender la inviolabilidad de una sede diplomática, Londres ha esgrimido una ley que aprobó en 1987 a raíz de un caso extremo: la muerte de un policía en Londres por disparos desde la Embajada libia. Sin embargo, esa legislación, aunque requiere la tutela de un juez, vulnera la Convención de Viena de 1961.
Reporteros sin fronteras
Reporteros sin Fronteras (RsF) subraya la importancia de las filtraciones de Wikileaks, que revelaron las gravísimas violaciones a los derechos humanos cometidas con el consentimiento de Washington en nombre de la guerra contra el terrorismo.
La organización, con sede en París, reitera su postura de que una extradición de Assange a Suecia sólo sería legítima bajo la estricta condición de que no precediera a una extradición final a Estados Unidos, en el marco del proceso emprendido por el Ministerio Federal de la Justicia estadounidense contra Wikileaks.
Además, RsF considera que en Estados Unidos el activista australiano correría el riesgo de purgar cadena perpetua o incluso la pena capital, y añade que los medios desplegados por las autoridades de Washington para perseguir a los colaboradores de Wikileaks y capturar la información del sitio no hacen sino alimentar tales temores.
La justicia sueca pidió la extradición de Assange para interrogarlo sobre supuestos abusos sexuales, pero no hay ninguna demanda en su contra. Pese a todo, la situación de Assange es mejor que la del soldado estadounidense Bradley Manning, que fue quien filtró a Wikileaks mucha de la información sensible que enojó a Washington. El soldado se encuentra aislado en una prisión de Virgina desde hace más de dos años sin que se le haya enjuiciado y sin la atención mundial que recibe ahora Assange.
Autora: Eva Usi
Editora: Cristina Papaleo