Así es la vida bajo ocupación rusa en la región de Jersón
11 de marzo de 2022"¡No nos rendimos, somos parte de Ucrania!" Es el llamado diario de la gente en las calles y plazas de los pueblos y ciudades de la región de Jersón, que se encuentra de facto bajo ocupación rusa desde los primeros días del ataque a Ucrania. La población de Jersón protesta pacíficamente contra la presencia de soldados rusos. Los ucranianos dicen a los rusos que nadie los ha invitado y que deberían esfumarse. "Ayer hubo de nuevo una manifestación. Vinieron más de cinco mil personas, todas con banderas azules y amarillas. La gente cantó himnos, firmaron llamados para el presidente de EE. UU. Y los jefes de Estado europeos pidiendo cerrar el espacio aéreo de Ucrania", relata el alcalde de Oleshky, Yevhen Ristchuk.
Aislada del resto de Ucrania
La situación en todas las ciudades y pueblos de la región es similar. Todas están rodeadas por tropas rusas que no llegan a entrar en las ciudades, pero que controlan los puntos de acceso. Sin embargo, en la localidad de Nova Kajovka, que se extiende por las dos orillas del río Dniéper y tiene una central hidráulica, las tropas rusas están directamente en la ciudad. Por todas partes sigue ondeando la bandera ucraniana y las autoridades locales siguen allí, ocupándose de los asuntos cotidianos.
"Tenemos luz, gas, agua, los servicios comunales funcionan. La gente y los voluntarios se han organizado en grupos para evitar saqueos. El contacto con el poder central estatal es telefónico. Pero ¿de qué nos sirve ahora? Hay grandes problemas de logística. La gente no puede cobrar sus pensiones en el servicio postal, porque no llega dinero en efectivo", dice el alcalde de Skadovsk, Oleksander Jakovlev.
Skadovsk está a unos 30 kilómetros de distancia del límite administrativo de Crimea, región ocupada por Rusia. En esta ciudad no hubo combates. Según Jakovlev, desde las primeras horas del ataque, la ciudad fue asediada por los rusos, quienes, además, levantaron puntos de control por todas partes: "Se permitía el acceso de la gente, pero controlaban autos y documentación. Hubo vehículos civiles atrapados en tiroteos y hubo víctimas. Ayer fue baleada una ambulancia, pero no se produjeron víctimas", narra el alcalde. El 9 de marzo, los tanques rusos entraron directamente en la ciudad y se apostaron frente al Ayuntamiento. Después no hicieron nada más.
"Nadie con quien hablar"
Los alcaldes dicen que los militares rusos no contactan con ellos, ni para ponerles exigencias. Creen que los propios soldados no saben qué han de hacer en los territorios ocupados. En cualquier caso, "los rusos no fueron recibidos con flores por los habitantes". Volodimir Kovalenko, alcalde de Nova Kajovka, dice que los rusos erigieron su cuartel en el Ayuntamiento. Nombraron un comandante municipal y este impuso toques de queda. "La ciudad está bajo control del Ejército ruso. Yo me ocupo de que la vida siga adelante de alguna manera", explica Kovalenko. El contacto con los invasores solo tiene lugar a través de su representante, y esto solo cuando hay algún problema por resolver, como, por ejemplo, los trayectos por la calle que discurre por la central hidráulica, que está controlada por los soldados rusos.
Otros alcaldes no tienen contacto alguno con los ocupantes. Entre ellos,Yevhen Ristchuk, alcalde Oleshky, quien relata que, sobre el puente que une su ciudad con la de Jersón, había más de cien civiles y soldados rusos muertos tras duros combates. Ni sacerdotes ni voluntarios pudieron ir a enterrar los cadáveres. "No hay nadie con quien hablar. En los puntos de control, la gente cambia constantemente. ¿Con quién vamos a hablar?", se queja Ristchuk.
Reservas para diez días
Como se trata de una región agrícola, la gente tiene acceso a los víveres básicos. También ayudan los granjeros de los alrededores, que llevan verdura y carne a las ciudades, y reparan molinos que ya no funcionan para que las panaderías tengan harina y aceite.
El panorama es peor en cuanto a combustibles y medicamentos, especialmente para pacientes de cáncer. "Los víveres almacenados alcanzan para diez días más. El problema más grande ahora mismo es el de los medicamentos, los combustibles y los lubricantes, de los que no tenemos reservas. Nos alcanzan para uno o dos días má", dice el alcalde Kovalenko. Todos los alcaldes han hecho acopio de combustible para vehículos municipales y ambulancias. Cuando estas reservas disminuyan, las vida en estos pueblos y ciudades quedará completamente paralizada. Nadie sabe cómo será la situación a partir de ese momento.
Ambiente proucraniano y cuestiones abiertas
En la región ya no hay servicio de telefonía móvil. Aunque el poste de la televisión pública de Ucrania en Jersón está tomado por los rusos, sigue habiendo televisión ucraniana. Mucha gente tienen antenas satelitales, otros se informan por internet.
"La gente es muy proucraniana. Ese espectáculo en el que se escenificaba el reparto de ayuda humanitaria rusa ante las cámaras de la televisión rusa, eso no funciona aquí con la gente", dice Anton (nombre ficiticio), un activista, que agrega que las manifestaciones en pro de Ucrania muestran que la presencia rusa no es deseada.
"Los soldados rusos nos dijeron que, supuestamente, no habían venido como invasores. Pero ahora amenazan con que, si se los provoca, destrozan la ciudad", dice Anton. Según él, muchos habitantes de la región se preguntan por qué una gran parte de esta ha caído sin una batalla previa en manos del Ejército ruso, pero esperan que Ucrania pronto recupere el control sobre su territorio.
(ms/cp)