Así mata el "escuadrón de la muerte" RAB en Bangladés
3 de abril de 2023Cartuchos de bala, material yihadista o drogas. Una persona con información privilegiada relata que el material utilizado depende totalmente de la puesta en escena. Para que un asesinato cuidadosamente planeado parezca una operación policial, la unidad especial "Rapid Action Battalion" (RAB) solo necesita unos pocos accesorios. Las pruebas falsas sirven de camuflaje para cubrir las huellas de la ejecución. Así lo describe un miembro del RAB.
DW y la plataforma de investigación sueco-bangladesí Netra News dedicaron varios meses a investigar el funcionamiento interno de esta unidad policial de élite. Desde su fundación en 2004, los hombres de uniforme negro son temidos por muchas personas en Bangladés.
El ministerio rechaza las acusaciones
Originalmente, el objetivo de esta fuerza, que cuenta con unos 13.000 efectivos, era luchar contra el terrorismo y el crimen organizado. Pero activistas y familias afectadas culpan al RAB de cientos de secuestros y asesinatos, una acusación que el ministerio del Interior de Bangladés rechaza en una declaración a DW y Netra News, calificándola de "inventada, fabricada y motivada por intereses políticos".
Según el ministerio, cada incidente es investigado por un tribunal y, de acuerdo con los informes finales de esas entidades, la acusación contra la RAB "no parece ser auténtica". Sin embargo, a día de hoy, sigue sin haber ni rastro de muchas víctimas. Hay muertes no esclarecidas. Esto llevó en 2021 a Estados Unidos a incluir a la unidad especial y a siete antiguos y actuales oficiales en su lista de sanciones.
El experto en Asia Meridional Michael Kugelman, del centro de estudios Wilson Center de Washington, cree que se trata de un paso importante: "Estas unidades están dispuestas a utilizar la violencia, principalmente, porque pueden actuar con impunidad".
Denunciantes acusan al Gobierno
Por primera vez, dos denunciantes declaran sobre el trabajo y la cadena de mando del RAB. También incriminan de forma contundente al Gobierno.
Los dos informantes son antiguos oficiales del Ejército y estuvieron destinados en el RAB en los últimos años. El cuerpo de élite está formado por personal militar y policial. Los excomandantes sirvieron en diferentes unidades de las fuerzas especiales. Sus identidades deben permanecer en secreto para protegerlos a ellos y a sus familias. Según uno de ellos, el RAB es "un escuadrón de asesinos". DW y Netra News han verificado las identidades de ambos informantes.
"No se trata solo de eliminar a alguien", dice uno de los dos excomandantes del RAB. "Ponemos en peligro a toda la familia de esa persona y a sus seres queridos y los traumatizamos para el resto de sus vidas".
Entrevistas separadas durante varios días
DW y Netra News entrevistaron a los denunciantes por separado durante varios días. Sus declaraciones coinciden con los análisis de expertos y corroboran las acusaciones de activistas de derechos humanos. El equipo de periodistas también analizó informes de autopsias y policiales, así como la grabación de audio de una ejecución.
En conjunto, los documentos y los testimonios de víctimas e informantes llevan a la conclusión de que el Batallón de Acción Rápida de Bangladés está cometiendo sistemáticamente graves violaciones de derechos humanos.
Con la aprobación de las autoridades
Ambos excomandantes aseguran que los actos, secuestros, torturas, ejecuciones, están autorizados o al menos aprobados por altos cargos del Gobierno. El RAB depende del ministerio del Interior. "Es muy improbable que el ministro del Interior ordene algo así sin la aprobación de la primera ministra", afirma uno de los denunciantes. Se refiere a Sheikh Hasina, que gobierna el país surasiático desde 2009.
Cientos de personas detenidas por el RAB en los últimos años siguen en paradero desconocido. Muchos eran miembros de la oposición que desaparecieron durante las turbulentas campañas electorales de 2014 y 2018. Sus familiares siguen sin encontrar paz y se aferran a la esperanza.
"Es inútil", dice uno de los denunciantes. La probabilidad de que los secuestrados regresen con vida "es inferior al uno por ciento", agrega, y explica el porqué: "El RAB no es una organización que encierre a la gente durante años". El denunciante pide que se disuelva esta fuerza de élite: "En un país como Bangladés, no debería existir una organización así".
(gg/ms)