Así se vive en Corea del Norte (I)
DW viajó a Corea del Norte a descubrir qué hay detrás de la propaganda. Salimos a la calle junto al acompañante que nos puso el Estado y esto fue lo que vimos en Pyongyang.
Ciudad que florece
Los edificios en Pyongyang están pintados de vivos colores que dan un aire único y alegre a la ciudad. La sakura o floración de cerezos que conocemos gracias a Japón contribuye a la variedad cromática. El número creciente de coches en calles que años atrás estaban vacías convive con la clásica bicicleta.
Como tú, como yo
Los clichés frecuentes en la prensa occidental cuando se habla de Corea del Norte nos hacen olvidar que la población, más allá de una devoción sectaria por sus líderes, no se diferencia de la de otras latitudes. En la semana de festejos por el Día del Sol son habituales los niños en parques y practicando deporte.
Líder aclamado
Las actuaciones de todo tipo ofrecidas por niños son un elemento clave de la oferta lúdica del país. La aparición del líder Kim Jong-un en la pantalla gigante genera aplausos atronadores en el público.
Kimjongilia y Kimilsungia
El culto a la personalidad alcanza el paroxismo con la kimjongilia y la kimilsungia, las flores en honor del padre y el abuelo del actual dictador. En esta exposición floral, los trabajadores de diferentes ministerios y universidades han llevado las flores plantadas en sus puestos de trabajo.
Uno de los cortes permitidos, por favor
Las peluquerías en Pyongyang suelen contar con un cartel con la veintena de peinados permitidos que los clientes pueden escoger. El afeitado se realiza de la forma clásica, con espuma y navaja.
Entretención para los más pudientes
Complejo de ocio gigantesco en la capital para el disfrute de la clase más pudiente. Cuenta con tres piscinas y otros tantos restaurantes donde se puede degustar cerveza de barril fría y el típico kimchi o col fermentada.
Tibia apertura
Las tibias reformas económicas han permitido la apertura de supermercados en los que se puede encontrar whisky escocés, electrodomésticos japoneses y ropa de moda estadounidense. No es raro que los clientes paguen con dólares o tarjetas de crédito.
Vida para millenials
Los millenials norcoreanos disfrutan de capuccinos en cafeterías de lujo que no desentonarían en cualquier capital europea. Sólo pueden permitírselas los hijos de la élite vinculada con el comercio exterior y con acceso a divisas. La joven de la foto había estudiado Finanzas en India y sostiene que en Pyongyang no le falta oferta para divertirse.
Un deporte muy popular
Jóvenes norcoreanas entrenando vóleibol, uno de los deportes más populares en el país. Como se ve, las instalaciones son de gran nivel.