Así ve el mundo a la Alemania de Merkel
22 de agosto de 2016Un año ha pasado desde que la canciller de Alemania, Angela Merkel, dijera su famosa frase “lo lograremos” y Alemania abriera sus puertas para cientos de miles de refugiados. En los últimos meses, sus críticos internos se han multiplicado y sostienen que la “oleada migratoria” ha superado la capacidad de acogida, además de dejar entrar al país a terroristas islámicos e incrementado la violencia derechista. En el extranjero, en cambio, la política de Merkel ha tenido reacciones positivas. Alemania, que junto con ser una potencia económica y un socio fiable de la OTAN tiene una historia oscura, ganó prestigio con todo esto.
Los europeos llevaban años viendo cómo la crisis de los refugiados crecía, cómo los conflictos se agudizaban y miles de personas de países de Cercano y Medio Oriente y África abandonaban sus países para buscar un lugar seguro en el Viejo Continente. En el verano de 2015 se alcanzó el apogeo de esto. Las noticias de refugiados muertos por accidentes en el Mediterráneo, centros de acogida repletos y guardias fronterizos húngaros golpeando a personas llenaron las pantallas y portadas. Todo esto llevó finalmente a Alemania y Austria a suspender, en agosto de ese año, el Acuerdo de Dublín II y abrir las fronteras. Una señal que no solo los refugiados de Siria entendieron como un gesto de bienvenida, sino también personas de otros países.
Europa es menos hipócrita
La reputación de Alemania ha aumentado en todo el Medio Oriente, dice Mehran Kamrava, director del Centro de Estudios Internacionales y Regionales de Qatar. Los países europeos son vistos a menudo como lugares hipócritas que predican sobre los derechos humanos, pero no hacen mucho por los refugiados. La bienvenida a los inmigrantes dio una respuesta “contundente” a esta acusación de hipocresía, al menos en lo que se refiere a Alemania, afirma Kamrava en conversación con DW.
También en los países africanos, desde donde llegan muchos refugiados, Alemania ha ganado prestigio. En ellos, la política alemana ha cambiado la percepción general que se tiene de Europa. “La idea de la 'Fortaleza Europa' preveía hacer todo lo posible para mantener lejos del continente a los inmigrantes”, dice Liesl Low-Vaudran, del Instituto de Estudios de Seguridad de Sudáfrica. “Por ello, esto suponía un cambio en la actitud de Europa ante la migración”, añade. Que luego las fronteras interiores europeas se cerraran generó críticas. Es un viejo anhelo que Europa haga más para permitir una migración organizada, en especial de parte de las antiguas potencias coloniales.
Alemania como factor estabilizador
También entre sus socios más importantes en política exterior Alemania ganó prestigio: por un lado se destaca su autoridad moral y, por otro, su rol de liderazgo dentro de la Unión Europea. Si esto es bien visto o no, varía de país en país.
Para el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, Alemania demostró con este paso en la política migratoria una vez más su fiabilidad como socio. Justo en ese momento se necesitaba “el trabajo conjunto de Occidente para enfrentar las decisiones políticas urgentes”, dice Cathryn Clüver, quien dirige el “Proyecto Futuro de la Diplomacia” en la Universidad de Harvard. Y no solo Obama alabó a Alemania por “estar en el lado correcto de la historia”, sino también la población estadounidense, de mayoritario origen inmigrante, dio un amplio respaldo a la decisión de la canciller Merkel.
En China la reacción fue ambivalente: si bien se vio con cierta admiración el “lo lograremos” de Merkel, el acuerdo con Turquía fue considerado como una decisión “poco inteligente”, según Xuewu, del Centro de Estudios Globales de Bonn.
El rol de Merkel
En muchos lugares del mundo, Angela Merkel se ha convertido en sinónimo de Alemania. Una política fascinante, que algunos ven como la tranquila hija consciente de un pastor y otros como una mujer fría y hambrienta de poder a la que el mote de “emperatriz de Europa” no le queda chico.
Sin duda, sus tres períodos al frente de Alemania han marcado a la Unión Europea. Con la mirada puesta en las próximas elecciones generales de 2017, el juicio sobre su tercer mandato dependerá mucho de cómo se vaya desarrollando la crisis de los refugiados. Los grandes temas de los últimos meses -migración, terrorismo, crecimiento de la extrema derecha y “brexit”- han exigido su capacidad de manejo múltiple de crisis. Para alegría de unos y disgusto de otros.
La profesora de Economía Anne-Laure Delatte, de la Sorbonne, ve una Unión Europea centralizada en Alemania, lo que pone dudas sobre la eficiencia de la misma UE. Las críticas a las posturas de Merkel sobre los diversos focos de tensión en el continente son grandes. “No deberíamos decir que Alemania toma decisiones por toda Europa”, dice Delatte a DW. “Deberíamos decir que un grupo de estados toma decisiones por sí mismos”.