Desaparecerán los teléfonos…
16 de febrero de 2010Internet móvil. Dos palabras, una sola noción. Noción clave, por cierto, para las empresas que ya dominan el mercado de la telefonía celular, pero quieren sacarle aún mayor provecho económico a ese ámbito, caracterizado por el talante exigente –o caprichoso, dependiendo de cómo se le mire– de su clientela cautiva. Después de todo, la época en que el celular sólo servía para hacer llamadas telefónicas quedó atrás hace tiempo; los dueños de teléfonos portátiles se muestran cada vez más entusiasmados con la posibilidad que ofrecen los "smartphones" de acceder a Internet en cualquier lugar y cualquier momento, con todo lo que eso implica.
Un nicho mil millonario
Lo que los "smartphones" pueden hacer y lo que podrán hacer en el futuro cercano está a la vista en el Mobile World Congress, la feria de innovaciones Mundo Móvil que arrancó en Barcelona el pasado lunes y culmina este viernes (18.2.2010). Allí se han dado cita 1.300 empresas grandes y pequeñas ávidas de entrar en contacto directo con sus potenciales clientes: los organizadores cuentan con que unas 50.000 personas, entre comerciantes y amantes de la comunicación a distancia, visitarán la feria en cuestión.
¿Expectativas exageradas? Para nada. El de la telefonía celular es un mercado gigantesco y el de los "smartphones" es un nicho con enorme potencial: solamente en Alemania se vendieron 5,6 millones de estos “teléfonos inteligentes” en 2009. La Bitkom (siglas que aluden en alemán a la Federación de la Economía de la Información, las Telecomunicaciones y los Nuevos Medios) prevé que cada tercer teléfono móvil vendido este año en territorio germano tendrá funciones multimediales, generando ganancias por el orden de los 1,5 mil millones de euros. A escala europea los celulares con estas características generaron ingresos cercanos a los 35 mil millones de euros.
La lucha por el dominio
Son varios los consorcios que forcejean por controlar este segmento del mercado de la telefonía celular; cuatro de ellos tienen mayores probabilidades de alzarse victoriosos: el consorcio finlandés Nokia, conocido como fabricante de teléfonos portátiles; Microsoft, el creador de programas informáticos estadounidense; Google, la empresa detrás del motor de búsqueda más usado de Internet, caracterizada por la agresividad con que procura diversificar sus áreas de negocios; y Apple, que aspira ampliar su participación en este ámbito con las ventas de su iPhone.
Apartando su valor intangible como símbolo de estatus, la sencillez de su interfaz y la facilidad de manejo que lo identifica, otro de los factores que ha propiciado el éxito comercial del iPhone es la cantidad y variedad de aplicaciones que Apple ha creado especialmente para este aparato. Conocidos como “Apps” –una abreviación que alude a “applications” y a la marca Apple simultáneamente, y que ya ha colonizado la jerga juvenil a escala internacional–, estas aplicaciones son pequeños programas a través de los cuales cada usuario puede configurar su "smartphone" a su gusto.
LTE: tres letras, una revolución
Entre las 200.000 aplicaciones disponibles en la AppStore –la tienda especializada de Apple– se hallan juegos, programas para navegación y otros para la lectura de noticias, disponibles gratuitamente o por tarifas mensuales relativamente accesibles. Desde luego, ya hay otros proveedores ofreciendo aplicaciones para sus celulares, pero el hermetismo con que Apple y otras empresas mercadean estos productos hace que los unos no sean compatibles con los teléfonos del adversario. Ya hay una moción en el marco del Mobile World Congress exigiendo que se homogeneice la tecnología de las aplicaciones.
Sin embargo, los más potentes "smartphones" no sirven de nada cuando la red a la que están conectados es demasiado lenta. De ahí que la cuarta generación de redes para telefonía celular, conocida como Long Term Evolution (LTE), acapare la atención. Mientras las frecuencias UMTS, estándar en los países industrializados, permiten el envío de información por el orden de los tres megabits por segundo, las LTE permitirán enviar 100 megabits por segundo. Eso haría posible que los teléfonos celulares estuvieran conectados a Internet indefinidamente y que los usuarios participaran en videoconferencias móviles o vieran televisión con alta resolución fuera de casa.
Este es un tema candente en Alemania. A partir de abril, la Agencia Federal de Redes subastará frecuencias para telefonía celular. Al contrario de lo que ocurrió cuando se vendieron las frecuencias UMTS, la comunidad de usuarios de teléfonos celulares no tendrá que esperar años para poder usar las redes LTE.
Autora: Insa Wrede / Evan Romero-Castillo
Editora: Emilia Rojas Sasse