Aumenta la pobreza infantil en Alemania
8 de noviembre de 2004La Obra Alemana de Ayuda a la Infancia exigió medidas extensas para combatir la creciente pobreza entre los niños alemanes. Según el informe, publicado hoy en Berlín, a fines del 2002 el número de menores de 18 años dependientes de ayuda social excedía el millón de niños,
El presidente de la Obra de Ayuda a la Infancia, Thomas Krüger, advirtió que las ayudas previstas para padres solteros, dentro del paquete de reformas Hartz IV, no alcanzarán para solucionar el problema de la pobreza infantil. Krüger incluso teme que la situación se agrave el año próximo, cuando entren en vigencia las reformas laborales planeadas.
Gobierno esperanzado
El presidente del Parlamento Alemán, el socialdemócrata Wolfgang Thierse, sin embargo confía en que las próximas reformas laborales, reunidas en el paquete Hartz IV, ayuden a mejorar la situación de las familias alemanas. Según destacó el político, "las reformas son también una medida política a favor de los niños". Los padres que cuenten con pocos ingresos recibirán ayudas financieras adicionales. Además se pretende aliviar la situación de padres y madres que trabajen al aumentar el número de guarderías estatales.
Los más chiquitos son los más pobres
El 10,4 por ciento de los niños y niñas que viven de la ayuda social son menores de tres años y conforman el grupo más grande dentro de los menores que viven en la pobreza.
Según el informe publicado hoy, el número de menores receptores de ayuda social aumentó desde principios de los años 90 en un 1,9 por ciento, hasta exceder el millón de niños. En aproximadamente la mitad de los casos se trata de los hijos de madres o padres solteros.
Invertir en los más pequeños
La pobreza infantil en Alemania se agravó seriamente, a pesar de los esfuerzos emprendidos por el gobierno, por ejemplo, al aumentar la prestación familiar por hijo. "Sobre todo madres y padres solteros necesitan mucho más apoyo", constata Thomas Olk, co-autor del informe e investigador del fenómeno de la pobreza de la Universidad de Halle-Wittenberg. Olk considera necesario que se invierta "mucho más sobre todo en la más temprana infancia".
Una vida en la pobreza puede traer consigo serias alteraciones en el desarrollo y problemas de salud, destacó Thomas Olk. Niños pobres tienen menos contactos sociales, son más inseguros y más propensos a contraer enfermedades síquicas, problemas de concentración o síndromes de agotamiento.