Panamá se ve sacudida por las protestas contra la nueva concesión de la mayor mina de cobre de Centroamérica. Los legisladores de ese país aprobaron recientemente una prórroga que beneficia a la filial de una empresa minera canadiense. El gobierno habla de salvar puestos de trabajo, mientras que los manifestantes se preocupan por el impacto medioambiental y advierten que "Panamá no está en venta".