Austria: ¿un modelo para Europa?
1 de enero de 2006"¿Puede este hombre salvar a Europa?". La pregunta la plantea la revista Manager, refiriéndose al canciller austriaco, Wolfgang Schüssel. "No, por supuesto que no", responde con modestia el aludido, puntualizando que "la presidencia no es un período en que se pueda dar vuelta todo en Europa". Pero sí hay mucho trabajo por hacer. Viena se propone, principalmente, hacer avanzar el debate sobre la Constitución de la UE y abordar temas como el desempleo y el crecimiento económico.
El ejemplo austriaco
En estas materias, Schüssel puede remitirse a sus propios éxitos. Austria tiene una de las tasas de desempleo más bajas de Europa y sus ciudadanos se cuentan entre los más ricos del continente. El país se ha beneficiado más que ninguno de su adhesión a la UE, hace ya 10 años, y sus habitantes también ganan dinero con el ingreso de los nuevos miembros del club.
No obstante, los austriacos se cuentan entre los europeos menos entusiastas. Según Schüssel, eso obedece a los errores cometidos por Bruselas. Y apunta a cosas muy concretas. Por ejemplo, al creciente número de camiones que circulan por los Alpes, al hecho de que el tribuna europeo haya abierto el libre acceso a las universidades del país a los estudiantes alemanes, que desplazan a los jóvenes austriacos, y otros asuntos prácticos.
Política interna
Schüssel tendrá que tener en cuenta el sentir de sus compatriotas durante el semestre de su presidencia europea, porque al cabo de ese período tendrá que enfrentar elecciones en casa. Y se da por seguro que en la campaña electoral también habrá tonos antieuropeos. De hecho, el canciller ya se ha visto en la necesidad de defender el compromiso financiero de la última cumbre, que le ha valido duras críticas. "Es cierto que tendremos que pagar un poco más, pero es lógico, porque una UE de 25 miembros también es algo más cara que una de 15", argumenta.
El canciller austriaco, en todo caso, ha demostrado su firmeza a nivel europeo, por ejemplo al instar al inicio de negociaciones de adhesión con Croacia y frenar, simultáneamente, a Turquía. De seguro Schüssel no salvará a Europa, pero tampoco permanecerá impasible.