"Avances claros" del G8 no acaban con el dilema nuclear alemán
8 de julio de 2008Desde la isla de Toyako, el Grupo de los Ocho dio a conocer este martes un acuerdo en el que Estados Unidos adopta compromisos concretos en la reducción de gases contaminantes. La meta de las naciones industrializadas consiste ahora, formalmente, en bajar a la mitad la presencia de estas emisiones hasta el año 2050.
"Avance claro"
La canciller Angela Merkel habla hoy de un "avance claro" en materia de protección al clima mundial, con el compromiso de Toyako. Pero al regresar a su país, la mandataria se encontrará con la pregunta que viene acompañando a Alemania desde hace décadas. Renunciar o no renunciar a la producción de energía atómica para el uso civil; he ahí el dilema.
Se supone que el gobierno alemán oficializó desde el año 2000 sus intenciones de cerrar paulatinamente, a lo largo de 20 años, todas las centrales nucleares del país. Pero los altos precios del petróleo y la necesidad de reducir las emisiones tóxicas han reabierto las interrogantes.
Visiones distintas
El contrato de gobierno de la Gran Coalición entre cristianodemócratas y socialdemócratas lo dice claramente: "persisten visiones diferentes entre los partidos en cuanto al uso de la energía atómica para generar electricidad".
En efecto, la CDU de la canciller Merkel aboga por la promoción de fuentes alternativas de energía. Pero al mismo tiempo, se muestra abierta a la posibilidad de prolongar los plazos para el abandono de la energía atómica en Alemania.
"La protección al medio ambiente no debe ser reducida al uso o no de la energía nuclear", ha dicho la canciller. Esta visión es acompañada por el Partido Liberal Demócrata (FDP), bajo la perspectiva de que la demanda energética alemana no podrá ser cumplida sin la cuota correspondiente de energía atómica.
El ahorro puede ser la clave
Sus oponentes socialdemócratas acusan a la CDU y al FDP de cabildear a favor de los grandes consorcios involucrados en la producción de energía nuclear. Los Verdes, por su parte, esgrimen otros argumentos. El ex ministro alemán de Medio Ambiente, Jürgen Trittin, afirma que Europa cubre sólo el 3 por ciento de su demanda energética a través de plantas nucleares.
Además, el artífice del compromiso alemán para abandonar la energía nuclear en el año 2020 afirmó al diario El País que "el debate sobre el futuro de la energía nuclear en Europa está sobreestimado".
El lado flaco de dicha argumentación parece estar en las posibles soluciones. Así como la CDU y el SPD coinciden en exaltar la promoción de energías renovables, Trittin ve la clave mágica en la participación ciudadana, a través del ahorro energético en los propios hogares. "Hay margen para ahorrar en todo el mundo, y ahí es donde tenemos que poner el dinero. La Unión Europea importa el 75 por ciento de la energía", dijo el ex ministro alemán al diario madrileño.
¿Bastará todo ello para que se cumplan las metas consagradas en la declaración del G8, dada a conocer en Toyako? Por lo pronto, el Bundestag aprobó recientemente un ambicioso paquete de medidas con el que Alemania podría cubrir hasta un 30 por ciento de su demanda energética con fuentes alternativas, en el año 2020.
Pero sin un consenso internacional que se refleje también en acciones como éstas, las numerosas interrogantes sobre la energía y el clima se mantendrán tan abiertas como la propia cuestión atómica.